Covid Cádiz

La hostelería vuelve a la calle a exigir su derecho a trabajar y a mantener los empleos

Más de 50.000 familias gaditanas dependen de este sector de manera directa y 20.000 indirecta, por lo que exigen las ayudas prometidas por el Gobierno, la apertura de provincias y el toque de queda a las doce

Los hosteleros, a la espera de la llegada del turismo y de las ayudas comprometidas por el Gobierno. Francis Jiménez

Almudena del Campo

Los hosteleros gaditanos han vuelto a salir a la calle para visibilizar su situación y mostrar su desacuerdo ante las medidas que se están tomando por parte de las administraciones con el sector, uno de los más perjudicados en esta crisis sanitaria. Aunque el pasado fin de semana se aliviaron las restricciones, aseguran que necesitan -entre otras cosas- la movilidad entre provincias para que comience a llegar el turismo.

Una gran caravana de coches ha partido a las 11 de la mañana desde la avenida de la Sanidad Pública, a la altura de la estación de tren de San Severiano, para dirigirse al nuevo puente de la Constitución y a la zona de la barriada de la Paz y, posteriormente, a la avenida principal.

Globos rojos, carteles pegados en coches y motos hacían un recorrido con pitos en el que han reclamado su derecho a trabajar y a mantener los empleos de sus negocios.

El presidente de Horeca, Antonio de María , manifiesta que «después de un año no podemos seguir así porque se sigue culpando a la hostelería de los contagios, algo que no es real y así se ha demostrado». A su juicio, «las restricciones que se le han puesto a la hostelería no han supuesto una mejora en los datos y, a estas alturas, deberían saber que es de los sectores que más ha cuidado la seguridad en sus establecimientos, velando porque sus clientes no tuvieran ningún tipo de riesgo».

El presidente de la patronal insiste en que «lo que queremos es que nos autoricen a trabajar ya que los contagios están bajando y las vacunas se están poniendo ya».

A la espera de las ayudas comprometidas por el Gobierno de la nación, De María señala que «las necesitamos con urgencia para poder ingresarlas en el banco y empezar a pagar alquileres, proveedores, sueldos de personal etc...». Su meta es «llegar al verano ya que es una época en que tenemos la garantía de que la hostelería va a funcionar seguro, al igual que el pasado año».

Recuerda que hay más de 50.000 familias en la provincia que dependen de manera directa de la hostelería y unas 20.000 de forma indirecta y que «están pendientes de lo que va a pasar con este sector porque es su medio de vida y llevamos un año aguantando tanto las empresas como los trabajadores».

Una de sus peticiones es el retraso del toque de queda hasta las 12 de la noche para poder cerrar a las 11.30 horas y así poder ofrecer cenas. Esperan a su vez que a partir de este jueves 18 de marzo se permita la libre circulación entre las provincias andaluzas para que puedan llegar turistas no solo nacionales sino del extranjero.

Compensar al sector de la noche

De María insiste en que el sector de la noche , dentro de la hostelería, es el más azotado con motivo de la pandemia ya que «han tenido que cerrar sin tener ningún tipo de compensación. Por ello, solicitamos que puedan abrir en las mismas condiciones que el resto de la hostelería cumpliendo con las normas sanitarias».

«Por cada día que pasa y no llegan las ayudas del Gobierno, hay empresas que entran en coma»

El presidente de Horeca apunta que «ya tenemos constancia de que han cerrado algunos negocios en la provincia pero la mayoría de los que están abiertos son cadáveres vivientes , empresas zombies que económicamente son ya inviables y que deben tanto dinero que es muy difícil que se recuperen. Por cada día que pasa y no llegan las ayudas del Gobierno, hay empresas que entran en coma».

Entre los hosteleros que este martes han acudido a la protesta convocada por Horeca, estaba Francisco Sánchez, del restaurante El Cantábrico de la capital, que asegura que mantiene su negocio cerrado desde el inicio de la pandemia. Asegura que intentó abrir en julio aunque «tuve que cerrar porque dependo mucho del turismo y, desgraciadamente, no hay. Necesitamos que lleguen turistas a la ciudad».

«Los gastos nos comen»

Insiste en que no le merece la pena tener su establecimiento abierto en estos momentos aunque se hayan relajado las medidas «porque los gastos me comen entero y, aunque sigo pagando, cuento con cero ingresos». Añade este hostelero que «la situación es insostenible y necesitamos las ayudas».

Enrique, del restaurante cervecería Bajamar , situado junto al Mercado Central de la ciudad, asegura que no puede más. «Llevo desde el 8 de diciembre cerrado y, de momento, no puedo abrir. No podemos trabajar».

«A muchos de nosotros nos salva el turismo y la llegada de los cruceros, que dejan mucho dinero»

Indica que son nueve empleados en este establecimiento situado en el centro de la capital, que actualmente se encuentran en Erte . «No podemos seguir adelante con las condiciones actuales porque aunque ahora se pueda abrir hasta las 21,30 horas, no sabemos qué pasará tras la Semana Santa. ¿Y si pasa como en Navidad y otra vez el cierre es a las seis?».

Considera que los continuos cambios de directrices les provocan una « tensión enorme , a la que tenemos que añadir que no se vende porque no viene la gente».

Turismo y cruceristas

Asegura que dependen, sobre todo, del turismo y, concretamente, de los cruceros. «Necesitamos a los cruceristas, excursiones que vengan de Madrid, de Sevilla o de Málaga, pero por ahora no tenemos nada de eso». Enrique insiste en que «en el casco antiguo nos estamos salvando por los cruceros , que aunque digan que no, dejan muchísimo dinero tanto a la hostelería como al de la tienda de zapatos, a la de tejidos, a los taxistas etc... y eso repercute en toda la ciudad».

«En cualquier país de Europa ya han dado ayudas y aquí, si es que llegan, va a ser tarde para muchos»

Este hostelero tiene su establecimiento cerrado ante los continuos cambios de horarios, de aforo y de medidas y, aun así, lo único que hago es ponerle dinero al bar : pagar luz, asesoría fiscal, comunidad, alquiler... gastos fijos de todos los meses aunque no esté abierto el bar».

Lamenta que se hayan quedado en el camino muchos compañeros del sector y augura que «se van a quedar muchos más porque esta situación no hay quien la aguante. Yo tengo 63 años y ¿hasta cuando voy a estar pagando un crédito ICO? ¿cuando me voy a poder jubilar?».

Enrique critica que en cualquier país de Europa se están repartiendo las ayudas desde hace meses y «aquí, después de un año, aún las estamos esperando. Para muchos, cuando lleguen ya será tarde porque ya se habrán quedado en el camino».

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