Cádiz

Alquilar una vivienda turística para evitar el toque de queda

Grupos de «jóvenes y no tan jóvenes» encuentran en los apartamentos una vía para sortear las medidas restrictivas

Las calles del centro de Cádiz, vacías durante el toque de queda. Francis Jiménez

Fran M. Galbarro

«Alquilan pisos en Booking para seis personas aunque a veces se meten hasta 15 . Lo alquilan por una noche, por unos 80 euros». Así resume un Policía Local de Cádiz capital uno de los fenómenos surgidos por las restricciones horarias, especialmente desde que se impulsó el cierre de establecimientos no esenciales a partir de las seis de la tarde.

Decenas de pisos de alquiler turístico en la provincia de Cádiz se han quedado vacías con los cierres perimetrales, que ha agravado aún más una tendencia que estos establecimientos venían viendo desde marzo. Si en octubre la ocupación en estos pisos estuvo entre el 10 y el 15 % el cierre perimetral la ha reducido al 5 %, según los datos facilitados por AVVA, la asociación andaluza de viviendas con fines turísticos.

En un simple vistazo por Airbnb o Booking puede apreciarse la accesibilidad de los gaditanos para reservar estos pisos. Prácticamente todos están disponibles , por precios incluso inferiores a los 50 euros, ante la falta de turistas.

«Es algo que ya se vio en la desescalada. Había muchas reservas de parejas que se habían confinado por separado, por ejemplo. En verano, también se dio algo parecido: la gente estaba de vacaciones y, si le cerraban las terrazas, se trasladaban a las casas », resume Luis López, delegado de AVVA en Cádiz.

Los propietarios aseguran que son «casos puntuales» y que la ocupación de estos pisos ronda el 5 %

Desde esta asociación aseguran que las concentraciones que puedan resultar problemáticas en estos pisos son casos «muy puntuales» y que la mayoría de las reservas se concentran ahora entresemana, gracias a trabajadores de Navantia y otras empresas que vienen a trabajar a Cádiz. «Cádiz se ha convertido en este sentido en un destino tipo Madrid» , dice López.

Esos «casos puntuales», que se dan entre «jóvenes y no tan jóvenes», sin embargo, generan frustración en los vecinos, que alertan a la Policía para evitar concentraciones. En ocasiones, es la percepción de que un grupo de personas no convivientes no esté cumpliendo con las medidas sanitarias pese al incremento de los contagios la que empuja a denunciar este hecho, más allá de la molestia que pueda generar.

La Junta prohibió hace unas semanas las concentraciones de más de seis personas , salvo que sean convivientes, en todo el territorio andaluz. Una restricción difícil de controlar para los agentes policiales cuando se da en el interior de una vivienda. Hace unos días LA VOZ informó de la detención en Cádiz de una miembro de Podemos de Sevilla por atentar contra los policías en una fiesta celebrada en una vivienda del centro de Cádiz.

Esa misma noche, la Policía Local también intervino en una fiesta organizada en la azotea de un apartamento turístico donde había más de seis personas sin respetar las medidas sanitarias, por lo que se realizaron siete denuncias.

Desde AVVA aseguran que los propietarios están implantando poco a poco sensores de control de ruido para evitar la molestia entre los vecinos, lo que permitiría controlar a los huéspedes y notificarles en el peor de los casos.

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