El 'acosador del dálmata' mantendrá su trabajo si no media prisión preventiva o sentencia judicial

Llegaba a actuar con el uniforme laboral en muchas de sus, presuntas, acciones de acoso y abuso a jóvenes menores de edad, casi siempre estudiantes del programa Erasmus o Menores no Acompañadas (Menas). A estas chicas, entre los 16 y los 18 años, solía elegir para evitarse posibles represalias de familiares, amigos o vecinos. El 'acosador del dálmata' ya está a disposición judicial, en libertad con cargos, pero falta por resolver su situación laboral.

El presunto autor del acoso, acompañado por lo común de un perro de raza dálmata , y varios episodios de exhibicionismo es un varón de 47 años que -según fuentes policiales- desempeñaba su labor en la empresa del Ayuntamiento de Cádiz para el cuidado de las playas. Su posible actividad delictiva, pendiente de juicio, fue creciendo en frecuencia e intensidad en las últimas semanas, aunque se remontaría varios años atrás. Este recrudecimiento de sus actividades llevó a la Policía a establecer un dispositivo de vigilancia ante el incremento de denuncias. Su presunta insistencia le habría llevado a actuar con el uniforme de trabajo, muy reconocible por los logotipos de la empresa.

Distintas fuentes sindicales consultadas por LA VOZ aseguran que la legislación, a través de la inviolable presunción de inocencia, protege su situación laboral. Estos mismos portavoces coinciden en asegurar que sólo podría ser suspendido de empleo y sueldo en el caso de ingresar en prisión, siquiera de forma preventiva . Sin embargo. Esa situación no se ha dado. La Justicia le ha puesto en libertad con cargos. El despido definitivo, si llegara, sólo sería posible después de una sentencia judicial que declarase ciertos los delitos que se le imputan. Hasta que sea sometido a juicio y como medida preventiva, el Juzgado de Guardia que recibió su causa ha decretado una orden de alejamiento de todas las denunciantes y posibles víctimas.

El acusado, gaditano de nacimiento y residencia, fue detenido el miércoles 26 de agosto tras dos nuevas denuncias , en este caso de dos adolescentes Menores No Acompañadas. Debido a denuncias previas, a los indicios aportados y a la vigilancia policial, su identidad fue confirmada rápidamente a través de fotografías. De hecho, fue denunciado en varias ocasiones por hechos similares en 2016, 2018 y 2019. En este nuevo episodio de 2020, se le acusa, al menos de un delito de agresión sexual por tocamientos y otros cuatro de exhibicionismo. La Policía Nacional no descarta que, una vez hecha pública su detención, aparezcan nuevas denuncias de jóvenes que pudieron sufrir su presunto acoso y no se habían atrevido a denunciar hasta el momento.

El atestado judicial que le ha costado estar en libertad con cargos detalla que esta persona usaba a su perro, dálmata, para, presuntamente, acorralar e intimidar a las víctimas. A una de ellas habría llegado a realizarle tocamientos . Solían ser extranjeras y menores. El encausado se realizaba tocamientos en los genitales «de forma lasciva», masturbaciones, lo que supondría un delito de exhibicionismo por atentado contra su integridad sexual. También hay denuncias por prácticas similares en la puerta de un colegio, donde mostraba sus órganos sexuales.

La primera denuncia conocida se remonta a 2016 , cuando una joven estudiante de Erasmus denunció tocamientos en sus nalgas. Reconocía al detenido a través de las fotografías. Se conoció otro caso dos años después. La denunciante era una chica norteamericana. Todas referían al perro de raza dálmata que le acompañaba. Hay otro episodio en 2019, es el único con una joven gaditana como víctima. Su actuación siempre se producía en el casco antiguo de la capital gaditana.