Las investigaciones sobre supuestos casos de robo de bebés han dado un paso más en La Línea de la Concepción, donde tres nichos del cementerio han sido exhumados por orden judicial, una pesquisa que los afectados viven con dolor y con la emoción de poner fin a sus dudas desde hace décadas.
"Lo pasamos mal, fue un momento muy emocionante. Pero estamos contentos porque las investigaciones se están agilizando, se están preocupando por nosotros y están haciendo una buena labor para acabar con estas dudas que tenemos desde hace cuarenta años", ha dicho hoy a EFE Francisco del Valle.
El es uno de los padres que ayer acudió al cementerio de La Línea para abrir el ataúd en el que supuestamente estaría enterrado su hijo y en el que se encontraron "unos huesecillos" que ahora se contrastarán con el ADN de la madre del bebé, al igual que en los otros dos casos.
La pesquisa fue ordenada por el juzgado de instrucción número 2 de La Línea, al que el fiscal jefe de Algeciras, Juan Cisneros, que ha acumulado 105 casos de supuestos bebés robados, remitió hace dos meses varios expedientes entre los que había "cinco con indicios de delito", según ha explicado Cristina Díaz, otra de las afectadas en la zona y que coordina las gestiones entre el colectivo.
Además de la exhumación de los restos de tres casos, el juzgado, que mantiene bajo secreto de sumario las pesquisas, tiene previsto proceder a la apertura de otras dos tumbas más en los próximos días, según Cristina Díaz, que cree que son las primeras diligencias de este tipo que se practican en España.
Los afectados por los cerca de 200 casos que han llegado a la fiscalía de la Audiencia Provincial de Cádiz (independiente de la de Algeciras) entregaron el pasado mayo más de 30.000 firmas para reclamar la apertura de fosas de diversos cementerios, una petición que aún no ha sido contestada.
Para quien ya lo ha conseguido, como Francisco del Valle, la prueba será definitiva para acabar con la incertidumbre y saber si su hijo, que nació el 7 de julio de 1971, murió o fue dado a otra familia.
Su caso es paralelo al que cuentan la mayoría de las personas que están en el mismo proceso, y que alcanzan los 105 en la zona del Campo de Gibraltar.
"A las dos horas del parto la matrona nos dijo que el bebé había fallecido, que no nos preocupáramos porque éramos jóvenes y podíamos tener más hijos. Incluso nos explicó que cuando una ballena pasaba por El Estrecho se morían los niños en los partos. Nosotros con nuestra ignorancia y en esa época en la que no se podía decir nada pues ni nos lo creímos ni nos lo dejamos de creer", recordaba hoy Francisco del Valle.
Igual que en el resto de los casos les dijeron que no tenían que preocuparse de nada porque el hospital se encargaría de los trámites y del enterramiento, que hicieron en el suelo del cementerio, como era costumbre entonces.
A Francisco del Valle le llamó la atención que el pequeño ataúd "no pesaba nada", pero la dudas no se hicieron más fuertes hasta que siete años después, la pareja decidió sacar el cuerpo de su hijo del enterramiento en el suelo y llevarlo a un nicho que compraron.
Fue entonces cuando descubrieron que el cementerio no tenía registrado el caso y que, por eso, en lugar de un certificado de traslado de tumba les dieron uno de enterramiento.
Las dudas siguieron creciendo hasta que hace ocho meses, animados por el eco de otros casos que estaban saliendo a la luz, decidieron interponer una denuncia.
Él y su mujer, Dolores Cuesta, sólo quieren saber la verdad. "Si mi hijo está vivo, habrá hecho su vida con otra familia. Nosotros no queremos nada, sólo decirle que nosotros no lo abandonamos", ha explicado.