Juan Pablo recuerda con añoranza aquellos tiempos en los que el muelle de Cádiz amanecía lleno de barcos de carga y los estibadores trabajaban sin descanso para cumplir con su cometido. Reivindica la tradición portuaria de una ciudad «estructurada para ello» y reniega de la pérdida de su vocación.
Juan Pablo Bermúdez es el portavoz del comité de empresa de los estibadores del puerto de Cádiz, un sector en pie de guerra ante una situación crítica que se traduce en números escalofriantes. En la última década, los puestos de trabajo han caído de los 120 profesionales que ejercían esta labor en 2005, a los apenas 50 que conforman la plantilla en la actualidad.
Todo ello debido a una crisis dramática, que ha dejado atrás los 23.432 jornales que existían entonces para pasar a los 11.000 de ahora. Una caída del negocio escenificada en un puerto casi vacío de barcos de mercancías, con 108 escalas durante todo el año, cuando en 2005 se llegaron a 594.
Sin embargo, los trabajadores del sector están convencidos que no solo la crisis está acabando con el futuro de esta profesión. «Es cierto que ha bajado la actividad a causa de la crisis pero también hay que decir que gran parte del trabajo que hemos perdido lo han asumido otros puertos, como el de Huelva o el de Sevilla, que han apostado por el tráfico de carga», aseguró el estibador.
«Mala gestión»
Juan Pablo Bermúdez acusa directamente a los gestores de la Autoridad Portuaria de la Bahía de Cádiz de no haber impulsado la actividad para favorecer el tráfico de cruceros. «No entendemos esta apuesta porque el número de puestos de trabajo que da el tráfico de mercancías es muy superior al de los cruceros. Incluso empleos indirectos, pues por cada portuario que se mueve, detrás se mueven otros siete. Estibadores, camioneros, frigoristas...todos dependen de esta actividad», advirtió el portavoz.
Asimismo, Bermúdez critica que incluso se están poniendo «limitaciones» a su trabajo desde la Autoridad Portuaria, en referencia a la nueva valla que se ha colocado en el interior del puerto para separar la zona del cantil con el resto del suelo portuario.
«Nos dijeron que solo lo iban a colocar en el muelle pesquero y resulta que han vallado todo el perímetro, pues llega hasta Marqués de Comillas, algo que no entendemos. Esto supone un importante obstáculo para nuestro trabajo», afirmó, aludiendo a la solución puesta en marcha desde el puerto a la espera de la futura terminal de contenedores, a la que al menos le quedan dos años para ponerse en funcionamiento.
«Mientras tanto nos han dejado un pequeño espacio cuyas dimensiones no nos permiten trabajar y donde no hay espacio físico para el número de movimientos que tenemos que hacer. Además de los problemas de acceso y los obstáculos que nos suponen tener la valla delante», aseguró.
«Si esto sigue así, van a terminar con nuestro trabajo y con los empleos que existen en la actualidad. Nos sentimos engañados», aseguró el portavoz del comité de empresa, en relación al nuevo Plan Estratégico del puerto, que está en la fase final de su elaboración y que determinará el futuro del recinto de cara a los próximos años. «Lo de la valla solo es un ejemplo de que no han contado con nosotros para su elaboración. Nos han dado una patada», agregó.
Este malestar se traducirá en un calendario de protestas y movilizaciones. De momento el portavoz del comité ya ha solicitado la dimisión del presidente de la Autoridad Portuaria de la Bahía de Cádiz, José Luis Blanco, y no descartan comenzar a realizar actos de protestas en las próximas semanas.