El titular del juzgado de Instrucción nº 2 de Cádiz ordenaba este miércoles el ingreso en prisión provisional de Francisco C.G., el hombre de 50 años detenido por la Policía Nacional como supuesto responsable del punto de venta de estupefacientes desmantelado esta semana en la barriada del Cerro del Moro de la capital gaditana.
Un día antes, su pareja sentimental de 33 años (L. A. G.) había quedado en libertad con cargos a la espera de juicio. Las pruebas recabadas por los agentes apuntan a que Francisco C. G. dirigía las ventas a toxicómanos. Unas transacciones que realizaba desde un piso de la calle Trafalgar.
Según una nota de prensa difundida por la Comisaría Provincial, la pareja acumula más de una docena de antecedentes; en concreto, trece detenciones por diversos motivos, aunque la mayoría relacionados con el tráfico de drogas. La mujer, además, le constan arrestos anteriores por robo con violencia e intimidación y por malos tratos físicos.
Dificultades en la investigación
Como viene informando LA VOZ, ambos habían ocupado la vivienda del Cerro del Moro, aprovechando que su dueño está fugado de la Justicia. R.C.J se encuentra en paradero desconocido y sobre él pesa una orden de detención e ingreso en prisión para hacer efectiva una sentencia dictada por un juzgado de León.
Esta circunstancia complicó la investigación de la Policía en sus inicios porque habían localizado el foco de venta en la citada vivienda, pero al estar a nombre de otra persona, que además constaba como fugada, dificultó la identificación de quienes eran las personas que estaban regentando el 'negocio'.
A través del seguimiento de los movimientos de las personas que entraban y salían de la casa y la interceptación de clientes, llegaron a la figura de Francisco C. G., a quien habían arrestado en anteriores ocasiones por lo mismo.
En el registro efectuado por la Policía, los agentes no solo se encontraron con pequeñas cantidades de droga listas para su distribución entre los consumidores; también requisaron varias armas blancas: «una catana con mas de 28 centímetros de hoja, un hacha y un cuchillo con cerca de 20 centímetros de hoja», señala la Policía Nacional.
Los estupefacientes incautados son dosis de 'rebujito'. Una mezcla altamente adictiva de heroína y cocaína muy demandada por los toxicómanos en estados avanzados de consumo.
Como suele ocurrir en otras actuaciones policiales contra el menudeo de droga, los agentes se pusieron sobre la pista a partir del continuo trasiego de consumidores que acudían a diario a esta vivienda en busca de su dosis. Algunos de esos clientes, para financiarse su adicción, trabajaban como aguadores.
Su función es la de alertar si detectan la presencia policial o cualquier tipo de amenaza. Algo que «dificultaba la investigación», señala la Policía. Los investigadores comprobaron en sus seguimientos como los propios detenidos verificaban que los compradores habían abandonado la zona sin problemas.