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La Policía evita en Cádiz una reyerta de adolescentes que se citaron por internet
Actualizado: 11:14

SUCESOS

La Policía evita en Cádiz una reyerta de adolescentes que se citaron por internet

Día 21/04/2015 - 11.14h

La intervención de padres y profesores evita la pelea que reunió a más de un centenar de chavales en Extramuros

El morbo sirvió para dar la alarma. Eran tantos los adolescentes reunidos en un mismo punto, más de dos centenares en varios momentos según admite el Cuerpo Nacional de Policía, que los vecinos y los peatones se preguntaban qué pasaba. Empezaron a llamar a la Policía.

Decenas de adolescentes, arremolinados, que se movían a la vez, en grupo, visiblemente alterados y sin un evento que pareciera justificarlo, sin motivo aparente, en el entorno de la plaza de San José de Cádiz, avenida María Auxiliadora y Los Balbos, en los Extramuros de la capital gaditana, entre las 18 y las 21 horas de la tarde del pasado viernes 17 de abril.

Nadie sabía qué sucedía y la extrañeza creció cuando la Policía Nacional decidió pasar a la acción. Ante lo extraño de la escena, y la cantidad de concentrados, decidió enviar dos patrullas convencionales, un equipo de UPR (antidisturbios) y varios inspectores de paisano adscritos a la Unidad de Familia. Se acercaron a la concentración espontánea y evitaron lo que fuentes oficiales calificaban ayer como «una riña multitudinaria», una pelea colectiva o reyerta masiva.

Tras solicitar la documentación a varios de los reunidos, la Policía decidió dar parte a la Fiscalía de Menores de cinco de ellos, todos vecinos de la ciudad de Cádiz y con edades entre los 14 y los 16 años. A ellos se les requisaron los objetos «peligrosos» que pueden equipararse a armas. Entre los más llamativos: varias cadenas, una porra similar a las utilizadas por los cuerpos policiales y un puño americano.

Los dos centenares de jóvenes, de entre 12 y 16 años, empezaron a dispersarse tras la aparición policial. Se iban y regresaban. Se dividían en pequeños grupos y luego se reunían. Así durante dos horas de incertidumbre. Finalmente, tras anochecer, la tensión se diluyó sin que al Cuerpo Nacional de Policía le conste ninguna agresión ni episodio de violencia entre ninguno de los chavales.

Como llegaron, se fueron. Lo hicieron progresivamente y de la misma forma espontánea, pero a esas alturas todos se preguntaban por qué.

Una quedada en la red

Testigos presenciales, docentes, familiares de los niños, Cuerpo Nacional de Policía y Policía Local de Cádiz (que tuvo constancia del suceso pero no intervino) confirmaban ayer que la extraña cita en la calle tenía como finalidad una pelea entre dos pandillas de críos.

Apenas una decena de jóvenes de centros de Secundaria de Cádiz, San Fernando, Puerto Real y El Puerto de Santa María habían mantenido discusiones desde hace semanas a través de programas de mensajería y redes sociales. Las mismas fuentes añaden que, entre los supuestos convocantes (una minoría) y los aspirantes a espectadores (el resto) había grupos de menores de, al menos, dos centros concertados y uno público de Educación Secundaria de la capital gaditana, así como de otro instituto portuense, uno isleño y uno puertorrealeño. Todos se habrían desplazado con la misma finalidad: participar en la pelea o presenciarla.

La disputa verbal en la red había acabado en una convocatoria para resolver las diferencias con una riña para los que algunos identificados iban preparados con objetos contundentes.

Padres y denunciantes sospechan, eso sí, que solo un mínimo grupo de los concentrados estaba citado para la reyerta. Así lo demostrarían los mensajes que han sido recopilados y están bajo investigación policial. El resto de niños concentrados, hasta superar dos centenar, acudía por curiosidad, como mero espectador. El aviso en cadena había corrido entre ellos hasta provocar el tumulto de mirones.

La participación de varios padres y profesores que tuvieron conocimiento de la posible pelea en las horas previas facilitó también las averiguaciones de la Policía Nacional, ya en manos de la Fiscalía. La presencia disuasoria de los agentes logró evitar la reyerta. Incluso algunas madres, varios profesores, irrumpieron en la concentración para pedir a sus hijos o alumnos que se retirasen, para pedir sensatez a todos. Varios de ellos facilitaron a los funcionarios testimonios con los posibles precedentes de la cita y los hechos que habían observado durante la concentración. Su decisión también permitió que la pelea nunca llegara a comenzar.

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