El viejo juego de lanzar un mensaje en una botella. Esta historia comienza con dos marines australianos del Batallón 40 de las Fuerzas Imperiales Australianas, contentos de regresar a su casa tras sobrevivir a la I Guerra Mundial. Los jóvenes soldados se llamaban Charles Frederick Reid y Michael Leo Connors y decidieron pasar un buen rato enviando los mejores deseos a su familia. Lanzaron la botella el 4 de mayo de 1919 y hasta ahora no ha llegado a su destino, el estado de Tasmania en Australia.
El mensaje enviado por los soldados fue escueto pero muy bien datado: «Al mar. 4/5/19. H.M.A.T. Karagola. Con los mejores deseos de los chicos del 40 Batallón de las Fuerzas Imperiales Australianas. Si alguna persona encuentra esta nota, por favor escriba a cualquiera de los firmantes. Soldado C.F. Reid. 271 Main Street. Zeehan. Tasmania, Australia. Soldado M. Connors. Renison Bell. Tasmania, Australia».
Mensaje original enviado en la botella
En esta ocasión, la botella sólo estuvo en el agua seis días, porque un gaditano, José Sánchez Pelayo, la encontró en las costas de Tarifa el día 10 del mismo mes y se lo entregó a una de las pocas personas que en aquella época hablaba inglés, el arqueólogo Jorge Bonsor, quien trabajaba en el yacimiento Baelo Claudia en Tarifa.
La primicia de esta curiosa información es de Radio Cádiz, de la SER, y desde el Archivo General de Andalucía, con sede en Sevilla, han explicado a LA VOZ que este mensaje llega a sus destinatarios al organizar una exposición sobre la I Guerra Mundial, basada en buena parte en el archivo personal del arqueólogo británico, Bonsor, y abierta hasta finales de noviembre.
Desde el Archivo de Andalucía creen que se trató de un simple juego, puesto que los soldados embarcaron en Plymouth (en el condado de Devon, Reino Unido) el 30 de abril de 1919 en el barco transporte Karagola y llegaron a Australia el 10 de junio. «La carta fue lanzada al mar probablemente a su paso por el Estrecho de Gibraltar camino de Suez», apuntan fuentes del Archivo.
Cuando el Archivo andaluz la hizo pública en su página de Facebook, «fue el propio Ejército austrialiano quien se puso en contacto con nosotros, se interesó por la historia, localizó a las familias y nos envió fotos de los soldados».
Según explican fuentes del Archivo General de Andalucía, en Australia miman especialmente su historia y existe una página web dedicada sólo a recopilar datos del batallón número 40 de las Fuerzas Imperiales Australianas, al que pertencían los soldados Charles Frederick Reid y Michael Leo Connors.