Mientras los grifos de Loreto han estado cerrados , el problema del suministro de agua estancado, el ritmo habitual del barrio de Loreto parado. Cuando se hacía presente la desesperación y la desunión...
Va a ser verdad eso de que las situaciones de crisis abren nuevas oportunidades, despiertan ideas y sacuden conciencias. 13.000 personas afectadaspor un error que parece de otro tiempo, de otro mundo, y otras pocas, pequeñas, pero fuertes y decididas, salen al 'rescate'. A demostrar la valía moral de la juventud. A echar una mano, un par de brazos. Un gesto que supone lo único positivo de la bochornosa experiencia vivida durante los últimos diez días en Loreto.
A lo largo de esta semana larga de dislate, los vecinos han tenido que hacer acopio de agua dando viajes una y otra vez de casa al camión cisterna, garrafa en mano. Escalera arriba y abajo. Una actividad que no todas las personas pueden realizar, en especial mayores -esos que tantas veces tuvieron que ir de niños a pozos y fuentes- y discapacitados.
Del obstáculo emanó la solidaridad. Primero entre los propios vecinos, organizándose para distribuir las botellas por aquellos pisos habitados por quienes apenas pueden valerse por sí mismos. Después, alertados por los medios de comunicación, y sin ni siquiera saber muy bien qué línea de autobús deja por el barrio, un grupo de adolescentes.
Desde este lunes, una docena (el número fue creciendo a medida que transcurrían las horas) de scouts de la organización Cruz del Sur 312, han estado ayudando en esa tarea de repartir agua y compartir esfuerzo con quienes más lo necesitan. Lo esperanzador de la iniciativa es su origen.
Benji Gómez, monitor de los chicos, explica que fueron los niños, pertenecientes a la sección unidad, de entre 13 y 16 años, quienes solicitaron acercarse a Loreto y prestar su ayuda. A la salida de las clases, entre examen y examen, los jóvenes se han organizado para llegar al barrio y, o bien siguiendo una lista o ya de forma espontánea a pie de camión, se han ofrecido para cargar las garrafas. Y como ocurre en la mayoría de estos casos, lo de menos ha sido la ayuda física. El ratito con la señora que cuenta las penurias por las que están pasando, la crítica a los políticos, el qué es eso de los 'scouts'... «Y mañana vuelvo a la misma hora».
Unidos
No es el primer ejemplo de entrega y generosidad de los scouts, de hecho, estos son algunos de los valores por los que se rigen. Vinieron los de la Cruz del Sur 312, después se sumaron los Quercus, que sí tienen una fuerte vinculación con el barrio. «Cada uno aporta lo que puede, hay quien ha cruzado Cádiz para estar sólo media hora aquí, pero es que los niños están muy motivados», explica Benji Gómez, que supervisa que los jóvenes cumplan con su propósito. «Le hemos avisado de que no deben coger propinas ni nada de eso, porque al parecer hay gente que sí la está pidiendo», continúa.
Pero los scouts no han acudido a esta llamada del pueblo en busca de alguna contraprestación, más allá del regusto que deja todo acto solidario. Están acostumbrados a darse a los demás, en este caso cargando agua, en otros, recogiendo mantas para una campaña destinada a indigentes. Y ahí seguirán, hasta que todos los vecinos de Loreto vuelvan a tener agua. De lección, la que han aprendido todos en estos días que parecían del pasado, la toma de conciencia sobre un bien básico.
