Cameron cree que Obama entenderá el revés sufrido
Reitera que respetará la voluntad del Parlamento, por lo que Londres no participará en un ataque
LONDRESActualizado:El primer ministro británico, David Cameron, estima que no tiene por qué "disculparse" con el presidente estadounidense, Barak Obama, por el rechazo del Parlamento de Reino Unido a una intervención militar en Siria y considera que este entenderá lo ocurrido.
"Creo que el público americano, el pueblo americano y el presidente Obama entenderán", ha afirmado Cameron horas después del 'no' de la Cámara de los Comunes a una intervención en Siria y que fue probable porque, según la prensa local, unos 30 'tories' votaron en contra.
"No he hablado con él desde el debate y la votación pero espero hablar con él durante el próximo día. No creo que sea cuestión de tener que disculparse", ha señalado Cameron en una entrevista retransmitida por las cadenas de televisión británicas. "La Cámara de los Comunes ha hablado y el Gobierno escuchará", ha aseverado, según informa la BBC. Asimismo, ha asegurado que está "determinado a hacer las cosas de forma diversa" a como se hizo en el pasado, en referencia a la guerra de Irak.
En este sentido, el 'premier' ha enfatizado que seguirá defendiendo "una firme respuesta" contra el uso por el régimen sirio de armas químicas, aunque ha vuelto a confirmar que el Reino Unido no participará en una intervención militar contra Siria. "Ello no ocurrirá porque el Parlamento británico ha reflejado el gran escepticismo de la población británica sobre cualquier implicación en Oriente Próximo y yo lo he entendido", ha apuntado.
"Seguiremos llevando el caso ante las Naciones Unidas, seguiremos trabajando con todas las organizaciones de las que somos miembros, sea la UE, la OTAN, el G8 o el G20, para condenar lo que ha pasado en Siria", ha puntualizado Cameron
Deserciones en las filas conservadoras
La moción del Gobierno británico, que defendía una acción militar "legal y proporcionada" en Siria, fue rechazada ayer por un estrecho margen de trece votos -285 en contra y 272 a favor- a pesar de que anoche Cameron había cedido a las presiones que le llegaban tanto desde la oposición como de su propia coalición para matizar el texto.
El ministro de Defensa, Philip Hammond, reconoció a la cadena BBC que Estados Unidos "estará decepcionado por el hecho de que el Reino Unido no estará involucrado", si bien subrayó que no cree que la ausencia británica "detenga cualquier acción" contra el régimen de Bachar el-Asad. Ante las crecientes críticas en el Reino Unido y el rechazo laborista, la moción que votó ayer la Cámara de los Comunes posponía explícitamente la decisión final sobre un ataque a Siria hasta que los inspectores de la ONU divulguen sus conclusiones sobre el uso de armas químicas por parte del régimen sirio.
Con la inclusión de esa condición, Cameron pretendía asegurarse el apoyo de los diputados conservadores que se habían mostrado críticos con la posición del Gobierno. Durante una sesión que se alargó durante casi ocho horas, se repitieron los llamamientos por parte de todas las fuerzas políticas a tener en cuenta las lecciones aprendidas en Irak, si bien Cameron subrayó que ambos conflictos guardan profundas diferencias.
Dudas sobre la autoría del ataque
El primer ministro admitió que todavía no existe "certeza al 100%" de que fueron las fuerzas del régimen de Bachar el-Asad las que arrojaron armas químicas contra la población el pasado 21 de agosto, si bien remarcó que, en la práctica, "nadie duda seriamente" de que así fue.
El líder 'tory' argumentó que agentes con peso en la región como la Liga Árabe, e incluso el actual presidente de los Estados Unidos se opusieron en 2003 a la intervención en Irak pero apoyan ahora una "acción humanitaria" que proteja a la población siria de los supuestos ataques del régimen sirio. "No se trata de tomar partido en el conflicto ni de una invasión, ni de cambiar el régimen o ayudar a la oposición", sino de "defender la prohibición mundial de usar armamento químico", afirmó Cameron ante los parlamentarios.
El líder laborista, Ed Miliband, resaltó por su parte la necesidad de construir un marco de "legitimidad y autoridad moral" antes de optar por una solución militar y conminó al Gobierno a reunir pruebas "contundentes" contra El-Asad antes de ordenar un ataque.
También hubo advertencias desde distintas bancadas sobre las posibles consecuencias para la estabilidad en la región de una irrupción occidental en el conflicto sirio. El diputado conservador Douglas Carswell mostró sus "profundas dudas sobre aquello que lograría un ataque con misiles y bombas" y apuntó que "no está claro cómo se pondría fin a la intervención".
En ese mismo sentido, el laborista Jack Straw, ministro de Exteriores británico cuando se atacó Irak, advirtió de que una vez iniciada una incursión militar no resulta sencillo retirarse: "Aún conservo cicatrices que lo prueban", afirmó. "Las pruebas deben preceder a la decisión, no las decisiones preceder a las pruebas", dijo el líder laborista, que sin embargo no había descartado secundar el uso de la fuerza contra posiciones del régimen sirio si las evidencias confirman que el ejército de Asad disparó armamento químico contra civiles.