Los griegos castigan a conservadores y socialistas
Los dos partidos mayoritarios favorables a la austeridad y proeuropeos sufren un fuerte varapalo
ATENAS Actualizado: GuardarGrecia no tendrá nada fácil la formación de Gobierno esta semana, tras el cataclismo de las elecciones del domingo, que han castigado a los dos partidos mayoritarios favorables a la austeridad y proeuropeos, y han abierto el Parlamento a los neonazis de Amanecer Dorado por primera vez.
De acuerdo con los resultados publicados por el Ministerio del Interior griego, correspondientes al 92,79% del escrutinio, Nueva Democracia (ND) y el Partido Socialista Panhelénico (Pasok) han conseguido 109 y 41 diputados, respectivamente, por lo que no alcanzarían los 151 diputados necesarios para formar un Gobierno de coalición.
Los dos grandes triunfadores en este escenario serían la Coalición de la Izquierda Radical (Syriza), que pasa a ser la segunda fuerza política del país, con un 16,60% de los votos y 51 diputados, y Amanecer Dorado, que lograría 21 escaños con el 6,92% de los sufragios y cuyo líder, Nikos Michaloliakos, ha prometido que la "resistencia nacional" seguirá combatiendo a los partidos que apoyan el rescate internacional a Grecia "dentro y fuera del Parlamento". "Temednos, que ya llegamos", ha proclamado Michaloliakos en un discurso televisado. "Veni, vidi, vici. El pueblo griego ha dado la espalda a las televisiones y a los periódicos que estaban en nuestra contra. Nos han calumniado, nos han difamado (...) y os hemos vencido", ha declarado en comentarios recogidos por 'Kathimerini' y Athens News.
Difícil escenario postelectoral
El Pasok ha apelado a la formación de un Gobierno de concentración para cumplir con los términos del rescate, pero ha descartado seguir manteniendo un Ejecutivo solo con Nueva Democracia. Mientras, Syriza también ha abogado por una coalición, aunque conformada por los partidos de izquierda, para configurar un nuevo sistema político que supere las políticas de recorte. Para complicar aún más la situación el líder conservador, Antonis Samaras, ha supeditado el respaldo de su partido al Gobierno de unidad favorable al plan de rescate a que se renegocie el plan de rescate, uno de los peores escenarios concebidos por el Fondo Monetario Internacional.
Samaras se ha declarado dispuesto a asumir la responsabilidad de liderar el "Gobierno de salvación" que concentre a todos los partidos favorables al plan de rescate de la UE/FMI, pero ha impuesto dos condiciones: la permanencia en el euro y la renegociación del plan de rescate para "proporcionar crecimiento y alivio a la sociedad griega", justo lo que más temía el FMI, quien ha exigido al Gobierno de Atenas que cumpla con sus obligaciones intactas.
Previamente, Evangelos Venizelos, líder del Pasok, había descrito el resultado electoral como un castigo de las políticas de austeridad que se vio obligado a adoptar como ministro de Finanzas del país. Defendió un Gobierno de "unidad nacional en el que deberían entrar las fuerzas proeuropeas", favorables al rescate "para contar con la legitimidad política y la aceptación en el exterior". Sin embargo descartó un Gobierno del "viejo sistema de dos partidos".
Los efectos del descontento
El desconcierto y la desazón por el empobrecimiento de la población, cuando Grecia se halla en el quinto año de recesión, han marcado las elecciones. El temor generalizado es que el nuevo Ejecutivo, sea del color que sea, recorte salarios y pensiones, y reduzca aún más las prestaciones de sanidad, que ya son precarias por las duras medidas de austeridad introducidas en los últimos dos años. De ahí que los partidos contrarios a las medidas de austeridad -Syriza, Partido Comunista, Griegos Independientes (derecha nacionalista)- hayan visto crecer su apoyo.
Pero el efecto del descontento es especialmente claro con el salto de Amanecer Dorado que, de ser un fenómeno marginal, ha recibido el apoyo casi el 7% de los electores y tendrá un grupo parlamentario de 21 diputados. Esta formación ha hecho campaña criticando duramente la medidas de austeridad y ayudando a vecinos de barrios obreros empobrecidos pero, especialmente, acusando a los inmigrantes que viven en Grecia de ser los culpables de la crisis, un mensaje que ha calado hondo en la sociedad helena.