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La Unión Europea aguarda a Rajoy con la lista de deberes pendientes de Zapatero

Bruselas quiere que el nuevo presidente se concentre de inmediato en la reducción del déficit y el combate contra el paro

IÑAKI CASTRO
CORRESPONSAL EN BRUSELASActualizado:

Apenas unos días antes de las elecciones generales, 'The Economist' reflejaba con nitidez la magnitud del desafío que espera a Mariano Rajoy. "Mañana es demasiado tarde", titulaba la revista en referencia a las urgentes reformas que necesita España. La UE comparte el espíritu del análisis y confía en que el nuevo presidente se remangue nada más asumir su cargo. Los deberes que le aguardan son en buena medida una continuación de las medidas exigidas a José Luis Rodríguez Zapatero. Bruselas ha apretado y apretará en tres frentes que considera vitales: la reducción del déficit, el combate contra el desempleo y la recapitalización de la banca.

El 'Financial Times', la principal referencia informativa en la capital comunitaria, completaba tras el contundente triunfo electoral del PP la intepretación de la revista británica. "No hay tiempo para fiestas", decía el periódico económico en su influyente contraportada. Desde los comicios, las tensiones en los mercados se han relajado, pero la UE quiere que el nuevo Gobierno ponga en marcha las reformas de inmediato para recuperar la confianza de los inversores. En Bruselas no se habla todavía de ningún plazo en concreto, pero se tiene muy en cuenta que el año próximo el Tesoro necesita refinanciar 135.000 millones en deuda pública.

Una de las principales herramientas para mantener a raya a los mercados es la lucha contra el déficit. Zapatero acordó con la UE una senda para reducir el desfase en el gasto público en el horizonte de finales de 2013. Rajoy heredará este compromiso que las instituciones europeas vigilan con lupa. Hace menos de un mes, en la presentación de sus últimas previsiones económicas, la Comisión volvió a martillear con esta cuestión. Según sus cálculos, España cerrará este ejercicio con una desviación de seis décimas sobre el objetivo pactado del 6%. En 2012, el diferencial se ensancharía todavía más y quedaría muy lejos del 4,4% estipulado.

En sus proyecciones, el Ejecutivo comunitario atribuye el incumplimiento del déficit al gasto excesivo de las comunidades autónomas frente a un Gobierno central más comprometido con la austeridad. Aunque se admite que en la segunda mitad de este año se están tomando medidas, los expertos europeos concluyen que se requerirán más "acciones correctivas". Incluso, se cifra la profundidad de los recortes necesarios para alcanzar las metas suscritas. Sólo en 2012, haría falta un tijeretazo de 15.000 millones, una cantidad similar a la que ahorró el Ejecutivo socialista el ejercicio pasado con el paquete de ajustes que contenía la rebaja de los sueldos a los funcionarios y la congelación de las pensiones.

Reforma constitucional

La Comisión no es la única que sigue al milímetro la evolución del déficit público. En la última cumbre europea, celebrada a finales de octubre, los miembros de la zona euro también dejaron marcado el camino que debe seguir España. La declaración final del encuentro recogía que el Ejecutivo tiene que cumplir "estrictamente" los objetivos pactados "incluido a nivel regional". A renglón seguido, se reclamaba el desarrollo de la reforma constitucional para que todas las Administraciones caminen hacia el equilibrio presupuestario. Estas exigencias siguen vigentes para Rajoy y en Bruselas no se descartan toques de atención si no se respetan.

Elena Salgado desveló la semana pasada en la capital comunitaria que el nuevo líder popular es plenamente consciente de la importancia de contener el déficit. La vicepresidenta en funciones transmitió a sus compañeros del Eurogrupo un mensaje del nuevo presidente en el que ratificaba su compromiso con la austeridad. Cualquier señal es buena si se tiene en cuenta que algunos países no están dispuestos a esperar demasiado.

Elegido por el 'Financial Times' mejor ministro de Finanzas europeo del año, el sueco Anders Borg invitó al líder popular a "sacar los esqueletos del armario". "Tenemos que ver una consolidación fiscal acelerada", agregó.

La UE no sólo machaca con el control de las cuentas públicas. Tanto la Comisión como el resto de socios ven con horror la tasa de desempleo española, que duplica de largo la media europea del 10%. El presidente de la Unión, Herman Van Rompuy, recordaba recientemente que en la nueva Europa que se pretende construir esta semana no pueden existir desequilibrios de ese calibre. En cualquier caso, el comisario de Economía, Olli Rehn, fue mucho más gráfico en su primer mensaje dirigido a Rajoy. "Si yo fuera un joven español y me enfrentara a un paro juvenil superior al 40%, mientras que en Holanda es del 4% o en Austria del 5%, me preguntaría por qué", remarcó.

Receta laboral

Rehn, con el que deberá trabajar estrechamente el nuevo Gobierno, reclamó medidas "de inmediato" para intentar atajar la "insostenible" tasa de desempleo. Bruselas defiende la necesidad de introducir una mayor flexibilidad en las empresas, la descentralización de la negociación colectiva y mayores oportunidades para los jóvenes. Estas recomendaciones se aprobaron antes del verano dentro del nuevo ejercicio que realiza la UE para coordinar los presupuestos nacionales. Aunque no son vinculantes, sí que se evaluará su aplicación en los próximos meses.

Las recomendaciones, elaboradas de cara a 2012, están concebidas para que los gobiernos las reflejen en sus cuentas públicas. En el caso de España, pesan todavía más por su debilidad ante los mercados. En el campo del empleo, la Comisión llegó a pedir al Ejecutivo que "explorara" una reducción de las cotizaciones sociales de las empresas a cambio de una subida del IVA u otros impuestos energéticos. Las quejas de Salgado sacaron esta medida de la lista, pero Bruselas está convencida de que esa es una de las fórmulas para garantizar empleos estables.

El tercer frente en el que la UE aguarda expectante es la recapitalización de la banca. La desconfianza de los mercados llevó a los 27 a apostar a finales de octubre por requisitos más exigentes para las entidades, lo que acabó dejando a España con un importante agujero. Las cinco marcas principales del sector -Santander, BBVA, Caixabank, Bankia y el Popular- tienen hasta el próximo junio para apuntalar sus cuentas con 26.161 millones. Rajoy deberá pilotar todo el proceso, aunque se acordó que el dinero público sólo se entregará como "último recurso".

Únicamente Grecia salió peor parada que España con las nuevas exigencias aprobadas para la banca. El sector financiero español deberá buscar una cuarta parte de los fondos reclamados a toda la UE. Los socios controlarán al detalle estas recapitalizaciones porque durante varias semanas añadieron más nervios a los mercados. Los inversores no quitan ojo a las entidades porque temen que se contagien por su elevada exposición a la deuda soberana.