'ley omnibus'

Los diputados recurren al metro ante las protestas de los taxistas

El paro protagonizado por los taxistas en protesta por la aprobación de la nueva ley deja a Madrid paralizada

MADRID Actualizado: Guardar
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La huelga que ha dejado Madrid huérfana de taxis ha afectado también a los diputados, que tras debatir en el Congreso la llamada "Ley Ómnibus" que ha desatado las iras en el sector, han tenido que recurrir al metro, o incluso a la socorrida caminata, para poder regresar a sus lugares de origen.

El pleno había terminado, y al sitio al que las obras tienen sometido desde hace meses el Palacio de las Cortes se unía el establecido por un férreo cordón policial, tras el cual cientos de taxistas gritaban y protestaban contra el Gobierno socialista. Los diputados de fuera de Madrid no tenían taxis a los que recurrir para desplazarse hasta el aeropuerto de Barajas o la estación del AVE, ubicada en la cercana plaza de Carlos V. "En metro, por un euro setenta, te plantas en Barajas en 40 minutos", revelaba a EFE un diputado catalán habituado a utilizar el transporte público madrileño.

Mientras la sesión plenaria avanzaba y llegaba el debate del artículo 21 de la "Ley Ómnibus", auténtica "bestia negra" para los taxistas porque creen que va a arruinar su futuro, los diputados foráneos se organizaban para garantizarse el retorno al hogar.

El principal beneficiado, el AVE

Algunos ya habían sufrido los primeros efectos de la huelga esta misma madrugada, concretamente tras asistir a la gala anual de los periodistas parlamentarios, que siempre acaba en baile. Un destacado diputado del PP se subió a un taxi, y aunque de camino a casa explicaba al chófer que su grupo rechazaba de plano el famoso artículo 21, el salvoconducto de nada le valió cuando un piquete "informativo" se interpuso en el trayecto y le obligó a detener la carrera, salir y continuar a pie.

De manera que esta mañana sus compañeros se afanaban en buscar la mejor forma de llegar a Barajas o a la estación del AVE, porque sin duda el gran beneficiado de la protesta ha sido el tren de Alta Velocidad, preferido al avión por muchos parlamentarios. No sólo los catalanes, también los procedentes de Andalucía han optado por regresar a casa en AVE. ¿Y cómo llegar a la estación? Pues caminando, han explicado muchos de ellos, ya que la distancia que separa el Congreso de Atocha no es muy larga.

Y mientras tanto, los taxistas continuaban su protesta en la Plaza de Neptuno, custodiados por agentes antidisturbios perfectamente pertrechados ante una barrera de vehículos policiales que cortaba el acceso a la Carrera de San Jerónimo y que comprendía también otras calles aledañas al edificio del Congreso. Eso sí, todo ello ha ocurrido más allá de las enormes zanjas de las obras del aparcamiento subterráneo que se construye en la zona, que hoy han actuado como auténticas "trincheras" disuasorias de cualquier intento de acercarse a la sede de la soberanía popular.

Inmutables, tocados con sus cascos y con las porras bien a mano, los policías han escuchado los clásicos lemas "Zapatero, dimisión" o "Zapatero, embustero", así como llamamientos a la huelga general.Cuando quedaba poco para que terminara el pleno, al fondo de la plaza de Nepturno un trabajador subido a un camión gritaba por un megáfono: "Zapatero, ríndete, te tenemos rodeado". Pero el taxista no sabía que hacía varias horas que el presidente había abandonado el hemiciclo rumbo a la cumbre climática de Copenhague en un coche blindado que salió del cerco por una vía alternativa sin ser reconocido.