Ferreira, la 'Dama de Hierro' de la política lusa
Disciplina, rigor y tenacidad son los rasgos que han ayudado a esta política a forjarse una brillante carrera
LISBOA Actualizado: GuardarNacida en Lisboa hace 68 años en el seno de una familia de la alta burguesía de la capital, Maria Manuela Dias Ferreira Leite ha intentado alzarse como una figura sólida en el último tramo de la campaña electoral y atenuar la imagen de anticuada con la que sus detractores la etiquetaron. Después de un año y medio en la dirección del centro derechista Partido Social Demócrata (PSD) -la principal fuerza de la oposición en Portugal-, la dirigente conservadora ha puesto orden en esta formación, que acusó los últimos años la falta de un líder consistente.
Disciplina, rigor y tenacidad son los rasgos que han ayudado a Ferreira Leite a forjarse una brillante carrera, cuyos comienzos se remontan a una época difícil para las mujeres lusas, en la que aún pocas accedían a la enseñanza superior. Acabó los estudios con sobresalientes calificaciones y empezó su trayectoria profesional en el sector de la economía y las finanzas, en varios puestos vinculados a la Administración Pública, hasta que decidió embarcarse en política.
Se afilió al PSD en 1985 y fue elegida diputada en 1991, aunque no fue hasta tres años después cuando ocupó su primer cargo en la elite política como ministra de Educación. Entre 1993 y 1995 desempeñó esta cartera, a la que llegó de la mano del entonces primer ministro del país y actual presidente de Portugal, Aníbal Cavaco Silva, considerado uno de los principales valedores de Ferreira Leite.
La Thatcher lusa
Su austeridad y actitud firme en esta área le sirvió para ganarse en su país el apelativo de 'Dama de Hierro', el mismo apodo con el que se había designado a la antigua primera ministra británica Margaret Thatcher. Con el triunfo de los socialistas en 1995, Ferreira Leite pasó a presidir la Comisión Parlamentaria de Economía y Finanzas hasta 1999. Pero en 2002 volvió a la primera línea de la política, una vez que el jefe de Gobierno de aquel entonces, el actual presidente de la Comisión Europea (CE), José Manuel Durao Barroso, decidiese nombrarla ministra de Estado y de Finanzas y convertirla en la primera mujer en ocupar esa cartera.
No obstante, al dimitir en 2004 Durao Barroso, que cambió la jefatura del Gobierno luso por la presidencia de la CE, ella abandonó el cargo tras haber ejercido una política marcada por la contención en el gasto público. En 2006 pasa a formar parte del Consejo de Estado luso, invitada por el ya presidente Cavaco, hasta que el pasado año ganó las elecciones internas para dirigir el PSD, un partido en el que se ha convertido también en la primera mujer que lo lidera tras 31 años de historia. La líder de la oposición se mostró ya en la campaña interna de su organización dispuesta a desbancar la mayoría absoluta de Sócrates y arrebatar el poder a los socialistas, algo que finalmente no ha sido posible.
En contra del AVE
Entre los atributos que más se le reconocen a Ferreira Leite están la experiencia y la austeridad, que, según sus seguidores, la habilitan para encarar con garantías la situación de Portugal, un país muy afectado por la crisis económica internacional. Pero sus detractores juzgan que su discurso nacionalista, marcado por la oposición al tren de alta velocidad con España, y su actitud intransigente en cuestiones como las parejas de hecho le impiden ejercer el liderazgo moderno que el país necesita.
Su primera gran prueba en las urnas -las elecciones europeas de hace tres meses- se solventó con nota alta al lograr la victoria del PSD sobre el PS -que cuenta con mayoría absoluta en Portugal desde 2005- por cinco puntos de diferencia.
En el plano personal, a la líder socialdemócrata, divorciada y con tres hijos y cuatro nietos, se le reconoce un fino sentido del humor que, para quienes la conocen de cerca, contrasta con la adusta imagen pública que se ha granjeado.