Una cadena de atentados en Afganistán deja al menos 43 muertos y 65 heridos

Un total de 43 personas han fallecido y 65 han resultado heridas tras la explosión de cinco coches bomba cerca de las oficinas de agencias humanitarias extranjeras y del consejo provincial de la ciudad de Kandahar, sur de Afganistán, según el último balance de víctimas ofrecido por la cadena BBC.

En un comunicado las autoridades han informado que la explosión se produjo a las 19.10 hora local de ayer (14.40 GMT), poco después de que se conocieran los primeros resultados electorales, cerca de un hotel en el distrito número dos de Kandahar, capital de la provincia homónima. Según la versión gubernamental, un establecimiento hotelero y 12 viviendas quedaron totalmente destruidas como consecuencia de "la explosión terrorista".

El jefe de la Policía para la región sur de Afganistán, Ghulam Ali Wahdat, ha explicado que el ataque tuvo lugar cerca de varios edificios gubernamentales y de una compañía japonesa de construcción de carreteras, que contrataba mayormente a ingenieros paquistaníes.

El Gobierno ha agregado además que las víctimas mortales son "ciudadanos afganos inocentes" y ha precisado que los heridos fueron trasladados por efectivos policiales a un centro hospitalario para recibir cuidados médicos.

Bases acordonadas

Inmediatamente después de los atentados, el Ejército y la Policía afganos junto con fuerzas canadienses bajo el mando de la OTAN acordonaron la zona, donde se encuentra una base militar y las oficinas de un proyecto de construcción japonés.

Según informa la cadena británica, ningún grupo ha reclamado la autoría del ataque en Kandahar, refugio de muchos milicianos talibán. Así las cosas, la Fuerza Internacional de Asistencia a la Seguridad en Afganistán (ISAF) ha informado de que el pasado jueves, día en que se celebraron las elecciones presidenciales, se produjeron al menos 400 ataques en todo el país.

Previamente, la explosión de una bomba acabó con la vida de cuatro tropas norteamericanas, mientras que un soldado británico murió como consecuencia de la gravedad de sus heridas tras una explosión cerca de la localidad de Sangin, en la provincia de Helmand.