Además de las sombrillas y las cremas, el paisaje de playa incluirá este verano otros dos objetos: los nuevos libros Stieg Larsson e Ildefonso Falcones, La reina en el palacio de las corrientes de aire y Las manos de Fátima, respectivamente. Ambos llegan a la arena con los éxitos millonarios de sus obras anteriores y librarán una batalla para ver quién gana entre los dos géneros que actualmente acaparan el gusto popular, la novela policíaca y la histórica, que después de unos años de gloria comercial muestra algún ligero síntoma de desfallecimiento en favor de la primera. Por si se quiere ver de otro modo, la guerra implica a los dos grandes grupos editoriales que operan en España, Planeta (Larsson), a través del sello Destino, y Random House Mondadori (Falcones) con Plaza y Janés. El periodista sueco, fallecido a los 50 años, antes de que su trilogía Millenium llenara las cajas registradoras de las librerías, no podrá ver la edición del último volumen de la serie, 860 páginas con una primera edición de 400.000 ejemplares que sale mañana, y de la que ya se están imprimiendo 100.000 más. El abogado barcelonés Ildefonso Falcones parte en la liza con 500.000 ejemplares de La mano de Fátima. El nórdico ha vendido de las dos anteriores entregas de Millenium 1,5 millones de ejemplares, mientras que el catalán, autor de La catedral del mar, ha llegado a los dos millones. Si las cosas salen bien, y con las vacaciones a la vuelta de la esquina, las primeras ediciones deberían agotarse este verano.

Larsson comienza el último título de la serie más o menos donde terminaba el anterior, La chica que soñaba con una cerilla y un bidón de gasolina. En la nueva entrega, Lisbeth Salander, la pirata informática y el personaje más pegadizo de la serie, está en el hospital de Gotemburgo con una bala alojada en la cabeza, a la espera de que un buen cirujano le salve la vida. En el mismo centro se encuentra un peligroso paciente que va tras ella, Alexander Zalachenko, en cuyo currículum aparecen sus trabajos como asesino profesional al servicio de la inteligencia soviética. Sobre la andrógina Lisbeth pesan graves acusaciones por parte de la Policía, que el otro protagonista de la serie, el periodista Mikael Blomkvist, tratará de desmontar.

Falcones abre su nueva novela, La mano de Fátima, con un episodio en que los moriscos asentados en Córdoba, después de su derrota en la batalla de las Alpujarras de 1568, acuden forzados a misa y no tragan la hostia de la comunión y la expulsan cuando los cristianos no les ven.

Sublevado en Granada

Es la época de Felipe II y en ella se encuentra el protagonista de la obra, el joven Hernando, hijo de una morisca y del sacerdote que la violó, sublevado en las montañas granadinas y rechazado por los islámicos debido a su origen y por los cristianos a causa de las sospechosas costumbres de su familia. Como en buena parte de las novelas históricas, la trama religiosa se combina con el amor, en este caso a través de Fátima, con la que trata de restaurar el valor de la cultura islámica frente al poder católico de la monarquía.