
Solbes da la razón al Banco de España: la economía caerá un 3% y el paro alcanzará el 17% en 2009
La recesión se prolongará al menos un ejercicio más, ya que prevé también para 2010 una contracción del PIB del 1%
MADRID Actualizado: GuardarEl vicepresidente segundo del Gobierno, Pedro Solbes, ha admitido que la economía española no ha tocado aún fondo y ha considerado que las nuevas previsiones del Banco de España -que vaticina que el PIB caerá el 3% en 2009 y el 1% en 2010- son "un indicador de por dónde pueden ir las cosas".
El Banco de España calcula que la recesión se prolongará al menos un ejercicio más, ya que prevé también para 2010 una contracción del Producto Interior Bruto (PIB) del 1%. Frente a las últimas previsiones del Gobierno, que apuntaban a una caída del PIB del 1,6% y la vuelta al crecimiento, del 1,2%, en 2010, los datos que ofrece el organismo supervisor apuntan a que no habrá una "recuperación incipiente" hasta finales del año que viene, en el que, a pesar del remonte, la economía se seguirá contrayendo.
El organismo ha advertido por otra parte de que el déficit público puede llegar tanto este año como el que viene al 8% del PIB, si no se adoptan más medidas discrecionales que las ya aprobadas. Ha calculado además, que el empleo caerá este año el 5,2%, y el que viene seguirá habiendo destrucción de puestos de trabajo, con una bajada del 2,1%, mientras que la tasa media de paro será este año del 17,1% y del 19,4% en 2010.
Riesgos de alza y baja
Las previsiones -que elabora todos los años en primavera en cumplimiento de la Ley de Estabilidad Presupuestaria- están cargadas de un alto grado de incertidumbre y el Banco de España, ha admitido que pueden desviarse tanto a la baja como al alza. Entre los riesgos a la baja que harían caer más la economía, el organismo ha citado una mayor pérdida de la riqueza de las familias, un mayor descenso del comercio mundial o que se prolongue la inestabilidad financiera, que, además, advierte, se podría "retroalimentar" con el descenso de la actividad, que agravaría los problemas de las entidades de crédito.
Por el contrario, ha señalado que las medidas extraordinarias adoptadas por los gobiernos y bancos centrales del mundo podrían ayudar a una recuperación más rápida e intensa del PIB tanto a nivel global como en España, donde la sensibilidad de la carga financiera de las familias y empresas a los tipos de interés es muy elevada. En cualquier caso, ha incidido en que para que las familias y las empresas cambien su actitud y apuesten por el gasto es "decisivo que el panorama actual de pesimismo se despeje".
El Banco de España ha insistido además en que la superación de la crisis internacional tendrá un "papel fundamental" en la recuperación española y en cuándo podrá ésta producirse. Además, ha subrayado que la intensidad de dicha recuperación y la capacidad de crecimiento de España a largo plazo dependen, sobre todo, de que se acometan las reformas estructurales necesarias para mejorar la productividad y que la inversión sea asimismo más productiva.
Se acentúa la caída del gasto
El organismo supervisor ha explicado que basa estas previsiones en el agravamiento que la recesión española está ya registrando, como lo muestra la caída de la demanda nacional y en concreto el "fuerte deterioro" de las decisiones de gasto tanto de las familias (en consumo y vivienda) como de las empresas (en inversión productiva). Así, ha apuntado a una caída de la demanda interna del 5,6% este año y del 2,4% en 2010, provocada por una fuerte caída de la inversión, (del 15,1% y del 10,3%, respectivamente) y, en menor medida, del consumo privado, que será de tres puntos este ejercicio y de uno el siguiente.
Como rasgo positivo, ha recordado la mejora del sector exterior, ya que aunque las exportaciones se verán afectadas por el descenso del comercio internacional, el retroceso de las importaciones por la caída de la demanda será previsiblemente mayor. De esta forma, el sector exterior aportará al crecimiento 2,5 puntos, y 1,4 puntos el que viene. El retroceso del consumo hará elevarse en gran medida la tasa de ahorro de las familias, que se situará este año en el 16% de la renta disponible, ya que los hogares posponen sus decisiones de gasto ante la elevada incertidumbre.