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Jan Hendrick Jagla, del DKV Joventut, intenta encestar ante la oposición de Oriol Junyent y de Petar Popovic, del MMT Estudiantes, durante el partido de la segunda jornada de la liga ACB. / Efe
baloncesto

Estudiantes y DKV Joventut se enfrentan a las maldiciones de la Copa del Rey

El anfitrión no gana el título salvo en excepcionales ocasiones -dos veces en las 25 ediciones previas-; y el campeón tampoco suele repetir triunfo -el último fue el Barça en1987 y 1988-

AGENCIAS |
MADRIDActualizado:

El idilio de 26 años entre la Asociación de Clubes y la Copa del Rey ha acuñado las exitosas peculiaridades que han convertido el torneo copero en un fenómeno deportivo, en una fórmula de espectáculo seguro porque todo contribuye a elevar la pasión, aunque al MMT Estudiantes y al DKV Joventut les han caído encima los dos peores axiomas posibles para afrontar la competición.

De todas las virtudes que engalanan la era moderna de la Copa del Rey, un par de ellas han pesado como losas sobre todos aquellos equipos que las han vivido en directo: la primera, que el anfitrión no gana el título salvo en excepcionales ocasiones -dos veces en las veinticinco ediciones previas organizadas por la ACB-; y, la segunda, que el campeón tampoco suele repetir triunfo -únicamente el Barcelona lo ha conseguido al enlazar los campeonatos de 1987 y 1988-.

Pues bien, el MMT Estudiantes y el DKV Joventut, que disputan el último cruce de los cuartos de final el viernes a partir de las nueve y media de la noche, se reparten esas dos grandes maldiciones. Comparten una filosofía muy parecida y, ahora, comparten los dos peores augurios de la Copa.

El Estudiantes se ha clasificado como organizador, una prebenda que ha favorecido a los clubes de las ciudades sede -el Real Madrid ha accedido a la fase final por su posición en la tabla liguera-, luego acarrea la maldición del anfitrión. Los dos únicos equipos que han levantado el trofeo en casa son el Zaragoza (1984) y el Tau (2001).

El DKV Joventut disfrutó las mieles de la victoria el año pasado en Vitoria. Se llevó para Badalona hasta el galardón para el Jugador Más Valioso (MVP), que recayó en Rudy Fernández. Pero, ahora, afronta una misión que sólo el Barcelona ha cumplido. Y de eso hace ya 21 años.

Al margen de compartir el mismo código ideológico -fundamentado en la cantera y la formación de personas como objetivo básico del baloncesto- y de repartirse como buenos hermanos los peores vaticinios coperos, la actualidad de ambos conjuntos dista muchas leguas.

El cuadro verdinegro, que llevará a las gradas del Palacio de los Deportes a todos los ojeadores de la NBA desplazados a Madrid -trece franquicias- para seguir cada pestañeo de Ricky Rubio, la perla de las perlas, es el defensor del título y ocupa una posición privilegiada en la tabla.

En el Estudiantes corren tiempos menos favorables. El conjunto colegial, que la temporada pasada eludió el descenso en la última jornada de la primera fase, ha corregido el rumbo de la mano del manchego Luis Casimiro, pero es decimotercero y nadie apuesta por él. Atención: es el mejor de los escenarios para el espíritu combativo de los colegiales.

La eliminatoria más incierta

En el otro choque de cuartos del día, el que abre la jornada, el Unicaja y el Kalise Gran Canaria dan forma a la eliminatoria que mayores incertidumbres provoca. En gran medida, por la buena marcha de ambos conjuntos en la Liga ACB, donde han destacado por la calidad del juego que despliegan, algo previsible en el caso del Unicaja por el potencial económico y deportivo del club, pero verdaderamente meritorio en el de la formación isleña, fruto del éxito de una gestión de despacho razonable y visionaria, así como de la buena mano del referente técnico, el catalán Salva Maldonado.

La Copa forma parte de la realidad del Gran Canaria desde hace poco. La frecuencia de asistencias a la fase final copera de lo canarios es corta aunque, eso sí, intensa: esta es la cuarta presencia del conjunto insular en las últimas cinco ediciones.

El Unicaja mantiene en seria duda a Carlos Cabezas por lesión y el Gran Canaria acude a la llamada de la gloria animado por las excelentes prestaciones del canadiense English -sexto mejor anotador de la Liga (17 puntos de promedio) y mejor jugador del campeonato nacional en enero- y del hispano-senegalés Sitapha Savané.

El único precedente entre ambas escuadras en la Copa corresponde a la anterior edición organizada en Madrid hace tres años, en 2006. Entonces, el triunfo correspondió al conjunto andaluz por 74-64. Pero nada de todo esto ayuda a elaborar pronósticos a los amantes de las conjeturas, peligrosas siempre, inadecuadas para los profesionales y temerarias en esta competición.

Sobre todo, porque el Unicaja, que en Zaragoza 2005 conquistó el título copero por primera vez, ha caído eliminado en la primera ronda en los certámenes de Málaga 2007 y Vitoria 2008. Y, paralelamente, porque el Gran Canaria todavía no ha sido capaz de superar el primer corte, un éxtasis que el club isleño merece vivir por virtudes deportivas y, también, por la maravillosa afición que le apoya, algo de lo que también puede presumir el equipo de la Costa del Sol.