Uno de los trabajadores de la estación Sudzha, en la frontera con Ucrania, controla el proceso. / Afp
tras seis días de interrupción

Putin acusa a Ucrania de no dejar pasar «todo el gas necesario para el suministro a Europa»

Rusia ha reanudado esta mañana el suministro de combustible después de seis días de interrupción

CORRESPONSAL. MOSCÚ Actualizado: Guardar
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El primer ministro ruso, Vladímir Putin, ha asegurado en conversación telefónica con el presidente de la Comisión Europea, José Manuel Durao Barroso, que “Ucrania no está dejando pasar todo el gas necesario para el suministro a Europa”.

Poco antes, el vicepresidente de gigante energético ruso Gazprom ha declarado en una comparecencia ante la prensa que “Ucrania ha bloqueado nuestros esfuerzos para lograr restablecer el flujo de gas a Europa”. Alexander Medvédev ha explicado que la Comisión Europea ha sido ya informada del problema y que la actitud de las autoridades ucranianas “contradice los acuerdos firmados ayer”. Según el 'número dos' de la compañía, “Ucrania no ha abierto el gaseoducto para el tránsito de carburante. No podemos suministrar gas, la responsabilidad recae sobre Ucrania”.

Medvédev ha denunciado además que la compañía ucraniana Naftogaz sigue sin permitir que los observadores internacionales accedan al Centro de Control del tráfico de gas de Kiev y a algunas estaciones de bombeo. La Comisión Europea ha lanzado el mismo reproche a Ucrania, pero también a Rusia, en donde los expertos internacionales tampoco están pudiendo desempeñar su trabajo. Sin embargo, Naftogaz ha anunciado que la causa de que el suministro no se haya restablecido con toda normalidad se debe a que “Rusia no ha proporcionado la cantidad suficiente de gas para efectuar el tránsito”.

Ante las quejas, el primer ministro checo, Mirek Topolánek, ha telefoneado a su homóloga ucraniana para pedirle explicaciones. Timoshenko le ha informado de que el retraso en el suministro se debe a que existen algunas "dificultades técnicas", en concreto una presión "demasiado baja" del combustible que llega desde Rusia.

Gazprom ha anunciado esta mañana la reanudación del suministro de gas a Europa poco después de las 10.00 (dos horas menos en España). Según una nota de prensa, la llave se ha abierto primero en la estación de bombeo de Sudzha, situada en la frontera entre Ucrania y la región rusa de Kursk. La primera andanada de gas ha sido de 76,6 millones de metros cúbicos y los países beneficiados deberían haber sido Moldavia, Turquía y los Balcanes.

El portavoz del consorcio ruso, Serguéi Kupriánov, ha explicado que, tras la apertura de la espita, el gas debería haber comenzado a llegar de inmediato a los países europeos vecinos de Ucrania. Naftogaz, por su parte, ha afirmado que el combustible no llegará antes de 36 horas. Medvédev ya advirtió el lunes que es difícil precisar con exactitud cuándo llegará el carburante a sus destinatarios. “Eso dependerá del estado del sistema de gaseoductos ucranianos, algo que los observadores internacionales deberán evaluar”, puntualizó el directivo de Gazprom.

Mañana visitan Moscú los primeros ministros de Eslovaquia, Robert Fico, y Bulgaria, Sergei Stanishev, para intentar solucionar el conflicto originado el pasado día 7, cuando Rusia cortó el abastecimiento de gas a Europa en medio de una de las peores olas de frío que se recuerdan.

Espejismo de paz

La luz al final del túnel parecía divisarse ayer por la mañana, cuando las autoridades ucranianas aceptaron renunciar al anexo que, en la víspera, ellas mismas incluyeron en el protocolo que regula todos los aspectos relacionados con la comisión de observación. La nueva cláusula fue incorporada en Kiev el domingo de madrugada, ya que en el ejemplar rubricado el sábado en Moscú por Rusia y la UE no aparecía.

Cuando, el domingo por la tarde, al recibir la copia, los dirigentes rusos se percataron de la existencia del texto adjunto, el jefe del Kremlin, Dmitri Medvédev, montó en cólera. El presidente ruso ordenó al Gobierno que no aplicara los términos del acuerdo y a Gazprom que mantuviera cerrado el flujo de gas. Medvédev calificó las correcciones de “burla” y “provocación destructiva”.

Según reconoció la primera ministra ucraniana, Julia Timoshenko, las consideraciones adjuntadas al texto del protocolo “tenían más contenido político que técnico”. Entre otras cosas, el anexo negaba que Ucrania hubiese robado gas ruso y aseveraba que no existe ninguna deuda con Gazprom. Para quitar hierro al asunto, el primer ministro checo, Mirek Topolanek, cuyo país preside actualmente la UE, afirmó que los puntos añadidos por Ucrania “no hay que entenderlos como vinculantes”.

Ola de frío

Lo cierto es que todo había vuelto al punto de partida y la situación de desabastecimiento energético en Europa, en mitad de una ola de frío, amenazaba con eternizarse. Así que, el presidente de la Comisión Europea, José Manuel Durao Barroso, se puso ayer muy temprano en contacto con Putin y convenció después al presidente ucraniano, Víctor Yúshenko, y a Julia Timoshenko de que renunciaran al anexo.

Rusia envió desde Moscú un avión a Kiev y el nuevo protocolo fue firmado por la parte ucraniana en el mismo aeropuerto de Boríspol. Timoshenko cree que Rusia es la responsable de tanto retraso. El vuelo continuó después hasta Bruselas y allí suscribieron el acuerdo los dos representantes rusos, el viceprimer ministro encargado de las cuestiones de Energía, Igor Sechin, y el presidente de Gazprom, Alexéi Miller, y los dos europeos, el ministro de Industria y Energía checo, Martin Riman, y el comisario europeo de Energía, Andris Piebalgs. Quedaba así el camino desbrozado para que los observadores, 25 por cada una de las tres partes (UE, Rusia y Ucrania), pudieran ocupar sus puestos sobre el terreno.

La misión de expertos está compuesta por técnicos de la Comisión Europea, de los ministerios de Energía ruso y ucraniano, de Gazprom y Naftogaz y de cada una de las siguientes empresas europeas: GDF Suez, Societe Generale de Surveillance S.A. (Francia), E.ON Ruhrgas AG, Wingas GmbH (Alemania), RWE Transgas a.s (Chequia), SPP a.s. (Eslovaquia), EconGas GmbH (Austria), ENI SpA (Italia), FGSZ Ltd. (Hungría), EAO Sofiagaz (Bulgaria), Public Gas Corporation of Greece (Grecia), JSC Moldovagas (Moldavia) y Statoil Hydro (Noruega). Su misión, que parece imposible, es comprobar que la cantidad de gas que entra en Ucrania desde Rusia es la misma que sale después hacia Europa.