Moscú exige una copia del acuerdo firmado por Kiev para reanudar el suministro mientras Europa se 'hiela'
Asegura que sin la presencia de los observadores en las fronteras de Ucrania y en sus depósitos subterráneos de gas, no abrirá sus compuertas
BRUSELAS/MOSCÚ Actualizado: GuardarNuevo escollo en la 'guerra del gas'. Pese al acuerdo alcanzado anoche por la UE con Rusia y Ucrania para desplegar observadores que vigilen el tránsito de gas y así reanudar el suministro, el Gobierno moscovita se muestra ahora reticente.
Desde el Kremlin, Dmitri Medvédev ha asegurado que sólo reanudará el suministro de gas hacia Europa por territorio ucraniano cuando se convenza de que Ucrania ha firmado el protocolo para la supervisión internacional del tránsito por parte de monitores internacionales y cuando éstos se encuentren trabajando sobre el terreno, es decir, las fronteras de Ucrania y en sus depósitos subterráneos de gas.
Las nuevas cláusulas de Ucrania no son vinculantes
La respuesta no se ha hecho esperar. La Presidencia checa ha desmentido a Rusia asegurando que ha entregado a su embajador ante la UE dos originales del protocolo para reanudar el envío de gas. Así, el primer ministro checo, Mirek Topolanek, ha asegurado a Vladimir Putin, que las nuevas cláusulas incluidas por Kiev en el acuerdo para la reanudación del tráfico de gas ruso a través de Ucrania no son vinculantes.
"La declaración de Ucrania no forma parte del protocolo (principal) y sólo refleja la opinión de la parte ucraniana", ha indicado el portavoz citando a Topolanek durante su conversación telefónica con Putin.
Asimismo, la Comisión Europea(CE) ha confirmado que los equipos de observadores han empezado ya a trabajar tanto en territorio ruso como ucraniano para comprobar la entrada de combustible desde Rusia y su posterior salida hacia los países receptores, que de momento siguen sufriendo el corte de gas.
Según la CE, hay un grupo en la estación de control de Sudzha (Rusia), mientras que otro equipo ha llegado a Lugansk (Ucrania) para vigilar las unidades de medida de gas en Pisarevka y Sokhranovka (ambas en Ucrania). En la frontera occidental del país, una delegación de la CE llegará en las próximas horas a la planta de compresión de Orlovka, y otro equipo lo hará a Uzhgorod, para cubrir las estaciones meteorológicas de Beregovo y Tekovo. Un tercer grupo está en camino a Drozdowichi.
El cruce de declaraciones entre el Kremlin y la Unión Europea se produce después de tres días de intensas y difíciles negociaciones diplomáticas, primero en Bruselas, y después en Kiev y Moscú, el presidente en funciones de la UE, el primer ministro checo Mirek Topolanek, consiguió por fin convencer a los dirigentes rusos y ucranianos de que firmasen un acuerdo.
Una semana 'gélida'
Mientras la diplomacia europea continúa trabajando a fondo para superar el últimos escollo, millones de ciudadanos esperan helados la llegada de suministro. Varios países de la Europa central y balcánica, que no poseían reservas, han tenido graves dificultades esta semana para proporcionar energía a sus habitantes y a la industria, justo mientras una tremenda ola de frío atraviesa el continente. Algunos países han aceptado incluso vender gas a sus vecinos como mecanismo de emergencia.
Aunque, finalmente hoy Rusia abra de nuevo las compuertas de los gaseoductos, los clientes europeos tardarán unos tres días en recuperar el gas. Pero, pese a ello Europa tiene asegurada una vuelta a la normalidad. Quien no la tiene son los dos países vecinos ya que ninguno de los gobiernos quiere dar su brazo a torcer sobre la cuestión de la tarifa para el gas que Ucrania deberá pagar en 2009 ni sobre la supuesta deuda que ha contraído por impagos a Rusia. El problema de fondo sigue así intacto.
Hoy la prensa rusa se mostraba crítica con el acuerdo, alegando que ambos países resultaban perjudicados en relación con Europa. "Ucrania se queda sin gas, Rusia sin tránsito y ambos bajan rápidamente la cabeza ante una Europa congelada", subraya el periódico económico Vedemosti.
El conflicto del gas se ha transformado en una guerra de "propaganda" que hará que Europa trabaje para dejar de ser dependiente energéticamente de Rusia, afirma el periódico Kommersant. "Sin duda la UE intentará encontrar los medios para reducir la dependencia del abastecimiento de gas ruso para evitar que se repitan este tipo de crisis en el futuro".