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Imagen de varias personas cerca del campo de refugiados de Kibati, en la República Democrática del Congo. /Efe
conflicto armado

Miles de civiles desplazados no reciben ayuda humanitaria ni protección de la ONU en el Congo

En los dos últimos meses 252.000 personas han sido obligadas a desplazarse de sus casas en Kivu Norte por los combates entre los militares y los rebeldes tutsis congoleños

EFE |
KINSHASAActualizado:

La población civil del este del Congo, que vive en una situación de caos y al borde del desastre humanitario, es de nuevo la víctima de los enfrentamientos entre los rebeldes y el Gobierno, sin que la ONU ofrezca protección eficaz. La Oficina de Coordinación de Acción Humanitaria de la ONU (OCHA) ha exigido a los combatientes "acceso incondicional" de las organizaciones humanitarias a donde se encuentran los desplazados, para prestarles la asistencia que necesitan.

El encargado de comunicación de la OCHA en la zona, Néstor Yombo, ha destacado la situación creada por las acciones de violencia y pillaje llevadas a cabo en días pasados por las fuerzas gubernamentales congoleñas. Al tiempo que ha recordado que en los dos últimos meses 252.000 personas han sido obligadas a desplazarse de sus casas en Kivu Norte por los combates entre los militares y los rebeldes tutsis congoleños y que el pillaje en las localidades de Kirumba, Kanyabayonga y Kayne de los dos días pasados agrava su situación. "Todas estas poblaciones afectadas por el conflicto tienen derecho a recibir asistencia", ha dicho Yombo, quien ha recalcado la situación de precariedad y vulnerabilidad de los desplazados.

La OCHA se hacía así eco de la petición realizada por el secretario general de la ONU, Ban Ki-moon, quien pidió un alto el fuego inmediato en el este del Congo para proporcionar ayuda urgente a unos 100.000 civiles. "A causa de los enfrentamientos, esta gente no ha recibido prácticamente ningún tipo de ayuda y su situación es cada vez más desesperada", apuntó Ban en una conferencia de prensa.

Los rebeldes toman posiciones

La Misión de la ONU en el Congo (MONUC), por su parte, ha informado en un comunicado de que la guerrilla tutsi del Congreso Nacional para la Defensa del Pueblo (CNDP), de Laurent Nkunda, ha tomado el control de la estación de Rwindi y el pueblo de Kibirizi, 20 kilómetros al sur de Kanyabayonga, en territorio de Rutshuru, en Kivu Norte. El CNDP ha ocupado esos puntos, tras la retirada de las fuerzas gubernamentales durante los combates de ayer, que se reanudaron esta tarde, con los que controlan un eje formado por las poblaciones de Rwindi, Kibirizi y Nyanzale.

El portavoz del CNDP, Bertrand Bisimwa, ha confirmado la toma de Rwindi y Kibirizi y ha indicado que el objetivo del grupo rebelde es "garantizar la seguridad" de estas localidades tras la retirada de las Fuerzas Armadas de la República Democrática del Congo (FARDC). La MONUC ha instado a las ONG a reanudar sus actividades, especialmente en Kibati, a pocos kilómetros de Goma, donde hay decenas de miles de desplazados y además están las líneas de los soldados gubernamentales, que también se encuentran en situación muy precaria.

Los rebeldes tutsis y el Ejército de la RDC se acusaron mutuamente de la ruptura del alto el fuego que se produjo anoche en la zona de Kibati durante cerca de una hora, según el portavoz de la MONUC, teniente coronel Jean-Paul Dietrich. Dietrich también ha indicado que hoy han cesado los actos de violencia y el pillaje protagonizado el lunes y martes por soldados gubernamentales, "gracias a las medidas tomadas por las mismas Fuerzas Armadas de la RDC para detener a los responsables" en el área de Kanyabayonga, ya que la MONUC es incapaz de evitarlo.

El subsecretario general de la ONU para Operaciones de Paz, el francés Alain Le Roy, ha asegurado en Nueva York que el 90% de los 17.000 cascos azules que hay en la RDC se encuentran desplegados en la conflictiva región oriental. Sin embargo, el Consejo de Seguridad de la ONU, ha explicado Le Roy, no aprobó el envío de los 3.000 efectivos militares adicionales reclamados por la MONUC, hasta asegurarse de que la Misión emplea los recursos que tiene en la actualidad de la manera más efectiva posible.