
Las víctimas de Josef Fritzl declaran ante la juez
La magistrada no revelará ningún detalle de los testimonios, grabados con cámara de vídeo para evitar que Elisabeth y tres de sus hijos tengan que asistir al juicio contra su padre, el 'carcelero de Amstetten'
VIENA Actualizado: GuardarLas víctimas de Josef Fritzl, el pederasta incestuoso de Amstetten, han empezado a declarar ante la jueza Andrea Humer, encargada del caso, ha informado la emisora pública austríaca ORF, sin dar detalles sobre el contenido de sus testimonios. La jueza ha anunciado que no va a revelar ningún detalle de las respuestas a los primeros interrogatorios, que han sido grabados con cámara de vídeo para evitar que las víctimas tengan que exponerse al estrés de declarar físicamente durante el juicio contra Josef Fritzl, que se iniciará a finales de este año.
De momento, la vida de las víctimas y familiares de Fritzl vuelve paulatinamente a la normalidad, aunque siguen viviendo en el complejo de la clínica de Amstetten bajo estrictas medidas de seguridad. Según ha informado el diario vienés Kurier, una de las hijas de Elisabeth -secuestrada durante 24 años- participó el fin de semana pasado en un campamento de los bomberos voluntarios de la ciudad de Amstetten, donde se reunió con sus amigos por primera vez desde hace dos años.
Descubrimiento del caso y detención de Fritzl
Josef Fritzl tuvo seis hijos con Elisabeth, tres de ellos fueron acogidos en la casa familiar como sus propios nietos, mientras que los otros tres permanecieron toda su vida bajo tierra, hasta ser liberados a finales de abril pasado. Uno más murió al poco de nacer y fue el propio carcelero el que se deshizo del cuerpo al arrojarlo a un horno.
El caso de Amstetten causó conmoción en todo el mundo y cientos de periodistas informaron durante días desde la ciudad austríaca, a 130 kilómetros al oeste de Viena.
El encierro de Elisabeth salió a la luz cuando una de sus hijas, Kerstin, de 19 años, sufrió una grave y desconocida enfermedad que obligó al padre incestuoso a llevarla a la clínica de Amstetten. Cuando los médicos hicieron un llamamiento para que la madre de la joven acudiera al hospital, Elisabeth convenció a su padre de que la dejara salir del subterráneo para ayudar a su hija. Fue entonces cuando su hija reveló todo y la policía procedió a la detención de Fritzl.