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Chantal Sébire había pedido a la justicia francesa el derecho a morir dignamente. /ARCHIVO
así lo revelan los análisis

La francesa a la que se negó la eutanasia se suicidó con barbitúricos

Chantal Sébire, enferma de un tumor incurable que le causaba dolores atroces, apareció muerta en su domicilio cerca de Dijon el pasado día 19

AGENCIAS |
PARÍSActualizado:

La francesa Chantal Sébire, cuyo caso relanzó el debate de la eutanasia en Francia tras haber pedido a la justicia el derecho a morir dignamente, se suicidó con barbitúricos, según los resultados de los análisis anunciados hoy por el fiscal que investiga el caso.

La mujer, enferma de un tumor incurable que le causaba dolores atroces, apareció muerta en su domicilio cerca de Dijon el pasado 19, dos días después de que un tribunal le negara su petición de que se le practicara la eutanasia activa.

"Los análisis realizados demuestran la presencia en la sangre de una concentración tóxica de un barbitúrico, el Pentobarbital, un producto de uso veterinario", ha dicho Jean-Pierre Alacchi, el representante del Ministerio público. El fármaco fue hallado en "grandes cantidades en el estómago de Sebire, lo que significa que lo ingirió por vía oral. Restos de este producto fueron encontrados en un vaso y en una cuchara" en el domicilio de la fallecida, madre de tres hijos.

"Las concentraciones observadas triplican prácticamente la dosis mortal de este producto", añadió. El fiscal concluyó, por tanto, que fue la sobredosis de Pentobarbital hallada en la sangre de Chantal Sébire la que causó su muerte. Ahora se investiga cómo pudo Sébire hacerse con el barbitúrico en cuestión, que no se vende en farmacias.

La autopsia ordenada por el Ministerio Público no había clarificado las causas de su muerte, por lo que Alicchi ordenó análisis complementarios sobre sustancias encontradas en su cuerpo.

Ocho años de sufrimiento

Sébire, una maestra de 52 años madre de tres hijos, padecía desde hacía 8 años un esthesioneuroblastoma, un raro e incurable tumor que le desfiguraba en rostro y le causaba tremendos dolores.

Su petición para que la justicia accediera a autorizarle la eutanasia activa ha abierto en Francia un vivo debate sobre la necesidad de revisar la actual legislación relativa a los cuidados paliativos, que data de 2005 y sólo contempla el coma inducido.

El primer ministro, François Fillon, ha encargado al diputado Jean Leonnetti hacer una evaluación de dicha ley que contempla en algunos casos el derecho a dejar morir, es decir la suspensión del tratamiento para enfermos sin ninguna esperanza, aunque se prohíbe terminantemente a los médicos que practiquen la eutanasia activa.

La legislación fue votada a raíz de otro caso de gran polémica, el de un tetrapléjico de 22 años, Vincent Humbert, que murió gracias a la intervención de su madre y su médico.