Imagen de una de las calles afectadas por el fuerte oleaje en San Sebastián. /EFE
tras azotar el norte del país

El temporal empieza a remitir

MADRID Actualizado: Guardar
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El temporal que azota el norte de la Península con vientos y olas de hasta 16 metros, empieza a remitir, pero se activará el nivel amarillo por riesgo de aludes en el Pirineo debido al aumento de temperaturas, según ha explicado el portavoz de la Agencia Estatal de Meteorología (AEMET), Ángel Rivera.

Por el momento, la mayoría de la flota de bajura gallega permanece amarrada a puerto por tercer día consecutivo, a pesar de que la alerta roja activa lunes y martes ha pasado a naranja, ya que las condiciones meteorológicas han mitigado tanto la intensidad del viento como en el estado del mar.

Una vez pasado el temporal, el Ayuntamiento de A Coruña llevará a las playas de la ciudad herculina varias toneladas de arena con la intención de crear nuevas dunas esta vez más largas y anchas para que haya más metros de arena y el agua rompa más lejos de la costa, según ha avanzado la concejala de Medio Ambiente del Ayuntamiento de La Coruña, Nieves Vázquez.

Recuento de desperfectos en la costa vasca

La costa vasca también ha sufrido los efectos del fuerte temporal, que ha dejado numerosos destrozos en los puertos de Zumaia, San Sebastián, Orio, Bermeo y Ondarroa. El Departamento de Transportes y Obras Públicas del Gobierno Vasco han iniciado los trabajos para evaluar la totalidad de los daños sufridos, mientras que cientos de personas han comenzado a reclamar las indemnizaciones por los desperfectos sufridos en sus bienes.

Tras una primera inspección en las distintas zonas de la costa vasca, cinco puertos han sido lo que han sufrido mayores daños afectando a parte de sus infraestructuras. En el caso de Guipúzcoa, el dique exterior del puerto de Zumaia ha sufrido daños en el pavimento y en la parte superior del espaldón en 60 metros aproximadamente.

San Sebastián, una de las localidades que ha sufrido mayores destrozos, continúa con el recuento de los desperfectos, que, según ha asegurado el alcalde donostiarra, Odón Elorza, todavía son difíciles de cuantificar.