El poeta Ángel González, en una imagen tomada el año pasado. /ARCHIVO
por una crisis respitatoria

El poeta Ángel González muere en Madrid a los 82 años

El escritor era académico de la Lengua y fue galardonado en 1985 con el Premio Príncipe de Asturias de las Letras y con el Reina Sofía de Poesía Iberoamericana en 1996

MADRID Actualizado: Guardar
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El poeta asturiano Ángel González ha fallecido hoy en un hospital madrileño, donde estaba ingresado desde el jueves a causa de una crisis respiratoria. Considerado como uno de los grandes vates españoles del siglo XX y miembro de la Real Academia Española, González ha sido merecedor de premios como el Príncipe de Asturias de las Letras y el Reina Sofía de Poesía Hispanoamericana.

Nacido en Oviedo el 6 de septiembre de 1925, Ángel González Muñiz era académico de la Lengua y fue galardonado en 1985 con el Premio Príncipe de Asturias de las Letras y con el Reina Sofía de Poesía Iberoamericana en 1996.

Adscrito a la Generación del 50, su poesía social oscila entre dos polos temáticos, la solidaridad y la libertad, al igual que la de otros colegas generacionales como José Ángel Valente, Jaime Gil de Biedma, Carlos Barral, José Agustín Goytisolo y José Caballero Bonald.

Como el propio González había explicado a lo largo de su vida, su poesía responde a que fue "larga y prematuramente adiestrado en el ejercicio de la paciencia y en la cuidadosa restauración de ilusiones sistemáticamente pisoteadas".

Entre su obra poética figura Áspero mundo (1956), Grado elemental (1962), A todo amor (1988), la antología Lecciones de cosas y otros poemas (1998), la selección personal de cien poemas y otros inéditos 101+19=120 (2000) y Otoño y otras luces (2001).

Entusiasta de la música y la docencia

González colaboró con el cantautor Pedro Guerra en el libro-disco La palabra en el aire (2003) y con el tenor Joaquín Pixar, el pianista Alejandro Zabala y el acordeonista Salvador Parada en el álbum Voz que soledad sonando (2004).

En 1972 fijó su residencia en Estados Unidos, país en el que enseñó Literatura Contemporánea en la Universidad de Alburquerque hasta su jubilación en 1993, aunque ha viajado a España con frecuencia.

Los restos mortales del poeta han sido trasladados al tanatorio de San Isidro, donde ha quedado instalada la capilla ardiente. Hasta allí se han desplazado numerosos amigos para rendirle un último homenaje.