La Audiencia Nacional ordena detener a 46 procesados por su vinculación con Ekin
Ya son 28 los detenidos tras la emisión de la orden, cursada ante el "elevado riesgo de fuga" y la "inminencia" de la notificación de la sentencia, prevista para el 10 de diciembre
BILBAO Actualizado: GuardarLa Sala de Lo Penal de la Audiencia Nacional ha ordenado la detención en País Vasco y Navarra de 46 de los 52 procesados por su vinculación con Ekin, el entramado social, político, internacional, económico y mediático de la organización terrorista ETA y otras organizaciones del entorno de la banda.
El tribunal lo ha acordado así después de finalizar sus deliberaciones sobre el sumario que desembocó en el juicio más largo de los celebrados en la Audiencia Nacional y en el que se sentaron en el banquillo los máximos responsables de los aparatos políticos (Ekin y KAS), internacional (Xaki) o mediático (Egin) de ETA.
Ya son veintiocho los detenidos tras la emisión de la orden, cursada ante el "elevado riesgo de fuga" y la "inminencia" de la notificación de la sentencia, prevista para el 10 de diciembre y en la que, según fuentes jurídicas, se condenará por un delito de integración en organización terrorista en calidad de dirigentes a cinco de los procesados, a los que se impondrán penas de entre 12 y 18 años de prisión.
Se trata del responsable de KAS Xabier Alegría (18 años), el abogado Txema Matanzas (14), el liberado de KAS en AEK Juan María Mendizabal (13), el ex director de Egin Xabier María Salutregi (12) y la responsable de comunicación de Xaki Elena Beloki (13). También la ex directora adjunta del diario Egin, Teresa Toda, recibirá una dura condena: 10 años de cárcel por colaboración con banda armada, la máxima pena que establece el Código Penal para este delito.
Los seis procesados para los que la Audiencia Nacional no ha cursado órdenes de detención son Teresa Mendiburu, Oiaku Azpiri Robles, Marta Pérez Etxeandia, David Soto Aldaz, Jaime Iribarren y José Ramón Antxia. Esto no significa, según las mismas fuentes, que vayan a ser absueltos, sino que las penas que recaerán sobre ellos serán de escasa cuantía.
Ingreso en prisión de los primeros detenidos
El primero en ingresar en prisión ha sido Txema Matanzas, que a media tarde de ha sido conducido por la Guardia Civil a Soto del Real; otros tres de los condenados ya cumplían prisión por otros delitos. A las 12 de la noche ya se contabilizaban una veintena de detenidos en diferentes prisiones españolas.
Matanzas había acudido a visitar hoy mismo a su compañera sentimental a la prisión de Soto y de regreso al País Vasco fue detenido por la Guardia Civil, que había recibido la orden de la Sección Tercera de la Sala de Lo Penal de la Audiencia Nacional. El ministro de Interior, Alfredo Pérez Rubalcaba, espera que la operación de detención concluya en las próximas horas y augura que las condenas serán altas.
Macrojuicio contra el entorno de ETA
El juicio por el sumario 18/98, que finalizó el pasado 14 de marzo, se había iniciado el 21 de noviembre de 2005 y se desarrolló a lo largo de 126 jornadas, divididas en un total de 206 sesiones de mañana y tarde. A la mayoría de los procesados se les imputa delitos de integración en organización terrorista o colaboración en banda armada. También se les acusa de delitos contra la Seguridad Social, contra la Hacienda Pública, de contabilidad y falsedad documental.
La vista empezó con 56 acusados en el banquillo, pero terminó con 52 después del fallecimiento del ex dirigente de la izquierda abertzale Jokin Gorostidi, de que el tribunal acordara excluir de la vista por motivos de salud a Iñigo Elkoro Ayastui y José Ramón Aranguren y de que el fiscal retirara la acusación contra José Ignacio Uruñuela.
Al inicio del juicio, el fiscal pedía para los 52 acusados penas que oscilaban entre los 10 y 51 años de cárcel y que en total sumaban 927 años, aunque en sus conclusiones definitivas rebajó su petición a casi la mitad, solicitando finalmente entre 4 y 19 años de cárcel, un total de 484 años.
La importancia del llamado "macrojuicio de ETA" radicaba en el hecho de que, por primera vez, los procesados eran miembros de organizaciones que, en opinión del juez Baltasar Garzón, instructor de la causa, constituían "el estómago, el corazón y la cabeza" de ETA: los aparatos político, financiero, mediático e internacional.