Los huelguistas protestan contra ciertas medidas del Gobierno de Sarkozy. /REUTERS
séptimo día de huelga

Sarkozy responde que «no cederá» ante las protestas

Los empleados públicos protestan por el plan del Gobierno de sustituir sólo a la mitad de los que se jubilen en los próximos años y piden una mejora salarial

PARÍS Actualizado: Guardar
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El presidente francés, Nicolas Sarkozy, ha comparecido públicamente por primera vez tras una semana de huelga en el transporte a la que se han ido sumando los estudiantes y los funcionarios entre otros, y lo ha hecho para dejar claro su postura. Sarkozy lo tiene claro, su Gobierno "no cederá y no dará marcha atrás" en las reformas iniciadas y recalca que "una pequeña minoría no impondrá su ley a la mayoría".

Respecto a la huelga en el transporte, el presidente francés ha asegurado que "hay que saber terminar una huelga cuando se abre el tiempo de la discusión". En este sentido, considera que los sindicatos del transporte de París (RATP) y la compañía ferroviaria nacional SNCF, deben preguntarse "sobre la continuación de una huelga que ya ha costado tanto a los usuarios que no tienen por qué ser tomados rehenes en un conflicto que no les concierne", y que se sienten "exasperados" por formar parte de la huelga.

Aunque ha reconocido que "Francia necesita reformas para abordar los retos" actuales, y que "se harán", el presidente galo se ha defendido, recordando que fue elegido por los franceses y por tanto "no traicionaré a los que me eligieron" aunque no cierra ninguna puerta a la negociación porque, entre otras cosas, es su "deber".

Sarkozy , que desde su elección como presidente en mayo pasado se había mostrado prolífico en sus apariciones públicas e intervenciones, no había hablado hasta ahora sobre la huelga, limitándose a transmitir su postura a través de los portavoces del Elíseo. Incluso los socialistas de la oposición se habían mostrado "sorprendidos" del silencio del presidente de la República.

Los funcionarios se unen

La jornada de paro convocada por todos los sindicatos de los funcionarios, sobre todo para exigir subidas salariales, se ha solapado con el séptimo día de huelga en los transportes, que el Gobierno se ha esforzado en discriminar para mostrar una actitud abierta hacia los primeros y firmeza a los segundos. Unos y otros han coincidido en las manifestaciones que en todo el país han reunido entre 375.000 personas -según la policía- y cerca de 700.000 -según los sindicatos-.

El Gobierno ha estimado el seguimiento del paro de los funcionarios en un 30,12% en la Administración del Estado, una cifra que ha calificado de "media", y que ha superado en diez puntos la anterior de febrero. El de hoy ha afectado en particular a la enseñanza, donde el porcentaje de huelguistas variaba entre el 65 y el 58% para los sindicatos, cifras que el Ejecutivo ha rebajado al 40%.

El paro también ha causado problemas por ejemplo en la aviación, y así en los aeropuertos de París a media tarde se acumulaban retrasos de entre 45 y 60 minutos en los vuelos por la protesta de algunos controladores aéreos, lo que ha obligado incluso a anular conexiones con destino a Barcelona, Madrid, Casablanca o Niza.

La movilización de los funcionarios pretendía reclamar en primer lugar una compensación por la pérdida de poder adquisitivo que los sindicatos estiman en un 6% desde 2000, mientras el Gobierno niega la caída de las remuneraciones en términos reales. También denuncian la supresión de 22.921 puestos de funcionarios en 2008 (hay 5,2 millones en total), de los cuales la mitad en la Educación, primer paso en la aplicación del plan del presidente, Nicolas Sarkozy, de que se reemplace sólo a uno de cada dos funcionarios que se jubilen en los cinco años de la legislatura.

Escuelas, hospitales y correos, se suman al paro

La huelga de funcionarios incluía escuelas, hospitales y correos, así como a los agentes del tesoro público y sectores de la defensa. Los sindicatos también llamaron al paro en el Banco de Francia, en France Telecom y en el servicio de metereología Meteo France, en protesta contra las reestructuraciones y la "insuficiencia de efectivos".

También llamaron a la huelga sindicatos de la energía, de los empleados de comercio y de la construcción. De otro tipo es el paro convocado en la empresa Nouvelles Messageries de la Presse Parisienne (NMPP), que monopoliza la distribución de diarios de ámbito nacional y que paraliza hoy sus actividades por el anuncio de la dirección de que suprimirá 350 empleos. Por eso los periódicos de difusión nacional no han llegado hoy a los quioscos, aunque sí los regionales, que habitualmente tienen sus propios medios de distribución.

Si bien los sindicatos estaban divididos sobre la conveniencia de vincular las acciones de los funcionarios y de los trabajadores del transporte en la misma jornada, los estudiantes, que están movilizados contra una ley de autonomía presupuestaria de la universidades, llamaron sin ambages a unirse al paro de hoy. Más de cincuenta asambleas generales de estudiantes están programadas para esta semana, incluso en universidades que hasta ahora no aparecían muy implicadas en el movimiento. Y el movimiento de los estudiantes podría extenderse a los centros de educación secundaria.

La huelga del transporte continúa mañana

En el transporte, en la séptima jornada sucesiva de huelga contra la reforma de los regímenes especiales de pensiones, el seguimiento ha seguido siendo minoritario, con un 27% en la compañía de ferrocarril SNCF y un 18,4% en la RATP (transporte urbano de París).

El porcentaje de huelguistas era del 20,5% en GDF y del 18,8% en EDF, siempre según las direcciones de estas empresas gasista y eléctrica, cuyos trabajadores también se benefician de los regímenes especiales de pensiones para los que el Gobierno quiere alargar el periodo de cotización para equipararlos al resto de asalariados.

La huelga continúa mañana en esas empresas, y una vez más el servicio para los usuarios estará "muy perturbado" en los transportes aunque como cada día se registren algunas mejorías. Así, la SNCF ha programado 400 de los 700 trenes de alta velocidad habituales, 88 de los otros 300 trenes de largo recorrido o la mitad de los convoyes regionales. En el caso de la RATP, la situación volverá a ser prácticamente la de hoy, con la cuarta parte de los metros como media, la mitad de los autobuses y prácticamente ningún tren de cercanías.