La presión internacional fuerza al gobierno del Kurdistán a arrinconar a los rebeldes
Turquía pide desmantelar las bases que el PKK tiene en las montañas del Qandil, cerca de su frontera, y la detención de los cabecillas de la organización
ANKARA Actualizado: GuardarLa presión internacional y el miedo a una ofensiva militar de Turquía están forzando al gobierno autónomo del Kurdistán, único poder efectivo en el norte de Irak, a arrinconar en sus montañas al Partido de los Trabajadores del Kurdistán (PKK).
La amenaza de Turquía de atacar las bases del PKK en el Kurdistán iraquí sumada a la postura de EEUU, difundida por la secretaria de Estado de EEUU, Condoleezza Rice de que es "un enemigo común" y que habría "una acción importante" de Washington, están obligando a las autoridades iraquíes y kurdas a endurecer su posición contra el PKK.
Ankara ha exigido en reiteradas ocasiones a Irak el desmantelamiento de las bases que el PKK tiene en las montañas del Qandil, cerca de la frontera con Turquía, y la detención de los cabecillas de esa organización, algo a lo que las autoridades iraquíes se niegan arguyendo que está fuera de su control. Pero el gobierno autónomo del Kurdistán iraquí, sobre el que Bagdad tiene escaso control, ha reaccionado a las peticiones turcas.
Las carreteras que conectan los campamentos del PKK con las fronteras de Irán y Turquía han sido bloqueadas y ya no se permite el acceso de provisiones, medicinas ni periodistas. Una de las más recientes medidas contra el PKK ha sido la clausura ayer de las oficinas del Partido de la Solución Democrática Kurda, grupo simpatizante del partido de los Trabajadores del Kurdistán.
Cooperación entre ambas partes
La liberación hoy de los ocho soldados turcos que el PKK tenía retenidos desde hacía dos semanas, y que disparó las tensiones y colocó al país en un ambiente prebélico, ha contado con la mediación activa del presidente de Irak, Yalal Talabani, y el de la Región Autónoma del Kurdistán, Masud Barazani. El jefe del gabinete de la presidencia kurda, Fuad Husein, ha dicho, en una rueda de prensa en Erbil, que ambos dirigentes han desarrollado un papel clave en las negociaciones para lograr que los soldados regresaran a Turquía.
Por su parte, el responsable de relaciones Exteriores del gobierno regional kurdo, Falah Mustafa, ha calificado la liberación como "un paso positivo y humanitario que reduce la tensión en la frontera con Turquía y promociona el entendimiento y el diálogo".
Sin embargo, estas últimas medidas adoptadas por el ejecutivo kurdo para aislar al PKK en sus montañas tienen detractores. "Me temo que las medidas no lograrán satisfacer las ambiciones turcas que buscan el enfrentamiento entre kurdos (turcos) y kurdos (iraquíes), una línea roja que nadie debe cruzar", ha declarado Mahmud Ozman, diputado kurdo en el parlamento iraquí.
Asimismo, el parlamentario ha añadido que EEUU no es neutral, sino que presiona a los gobiernos kurdo e iraquí en favor de Turquía que "se autoproclama como víctima" cuando es la responsable de masacrar a los kurdos desde hace cientos de años. Además, tampoco apoya que los periodistas no puedan cubrir el conflicto entre el PKK y el estado turco.
Los soldados, en buenas condiciones
Los militares turcos han sido trasladados a Erbil, una de las ciudades más importantes de la zona kurda de Irak, y entregados a las 05.00 hora local (03.00 gmt) a las autoridades del Kurdistán iraquí, para ser transportados hoy mismo hasta Turquía, según las autoridades kurdas iraquíes citadas por varios medios locales.
La entrega se ha hecho al ministro del Interior de la Autonomía Kurda de Irak, Mahmoud Osman, al presidente del Fundación Internacional por la Tolerancia, Kerim Sincari, y a dos diputados turcos del prokurdo Partido por una Sociedad Democrática (DTP), Aysel Tugluk y Fatma Kurtulan.
Estos dos diputados se desplazaron hasta el Kurdistán iraquí ayer sábado para recibir, junto a Osman y Sincari, a los ocho soldados turcos, que se encuentran en buenas condiciones, según ha indicado el PKK.
Turquía mantiene la amenaza de atacar el norte de Irak
Los soldados fueron capturados en una emboscada tendida el pasado 21 de octubre en un punto en el sudeste de Turquía fronterizo con Irak, en el que otros doce militares turcos murieron y 17 fueron heridos. La puesta en libertad de los ocho soldados turcos fue exigida a los rebeldes kurdos del PKK no sólo por Turquía sino también por Estados Unidos, el gobierno de Irak y el de la autonomía kurda de Irak.
Turquía mantiene la amenaza de invadir el norte de Irak para atacar las bases del PKK, operación que tanto Washington como Bagdad han intentado evitar al instar a los kurdos iraquíes que impidan las actividades de los rebeldes kurdos de Turquía. De hecho, la Administración Autónoma del Kurdistán Iraquí ha tomado varias medidas concretas en los últimos días contra el PKK, incluido el cierre de sus oficinas en la región, con la esperanza de evitar una invasión turca.
La liberación de los ocho soldados se produce en la víspera de la reunión, mañana en Washington, entre el presidente estadounidense, George W. Bush, y el primer ministro turco, Recep Tayyip Erdogan, en la que previsiblemente discutirán sobre la situación en la frontera entre Turquía e Irak y la posible operación militar turca.
Durante los últimos días, Turquía ha estado concentrando fuerzas militares en la frontera con Irak, donde se viven momentos de gran tensión.