Las redacciones de los periódicos, radios y televisiones de Cádiz se vieron desbordadas el 6 de abril de 2006. La Agencia Tributaria emitía un comunicado sobre los primeros resultados de una operación contra el fraude fiscal. Una quincena de empresarios imputados-la mayoría de la Sierra- y tres personas detenidas eran las primeras piezas en caer en unas pesquisas cuya repercusión mediática posterior aún no se intuía. Hacienda confirmaba la existencia de una red de empresas pantalla que emitía y vendía facturas falsas, mayoritariamente, a empresarios del sector de la piel, pero que había sido desmantelada con el arresto del supuesto cabecilla, un tal Carlos Carretero.