La voz Digital

Hasta la década de los 80, la cuesta de enero era la más empinada y temida por las familias, que sufrían las consecuencias económicas de los excesos de Navidad y debían aprovechar las rebajas de invierno para pertrechar de ropa a sus numerosos miembros. Sin embargo, las economías domésticas dieron un giro en los 90 y hoy la verdadera escalada que reconocen los analistas es la de septiembre por la confluencia de los gastos del colegio y los gastos aplazados durante la primavera y el verano.