Buena parte de la influencia que UPyD y Amaiur podrán tener en el Congreso durante la próxima legislatura está en manos del PP. Será este partido, con previsible mayoría en la Mesa de la nueva cámara, quien decida si autoriza o no a ambas formaciones a tener grupo parlamentario.
Este instrumento político es muy importante porque permite a los partidos una mayor presencia en los debates y en los cupos de iniciativas parlamentarias, pueden asistir a las juntas de portavoces y gozan de mayores subvenciones.
El problema es que Amaiur y UPyD no cumplen todas las exigencias para disponer de forma automática de grupo . Solo cumplen una de las dos condiciones, la que requiere tener al menos cinco diputados. El partido de Rosa Díez tiene la cifra exacta y los independentistas llegan a siete escaños. Sin embargo, se quedan al borde de cumplir con la segunda condición, como es haber recibido el apoyo de al menos el 5% de los votos válidos emitidos en todo el país o del 15% de los sufragios contabilizados en cada una de las provincias donde lograron representantes. UPyD, con los 1.140.242 votos obtenidos en todo el país alcanzó el 4,69% de los sufragios validos, y Amaiur, que superó con holgura el 15% de los apoyos electorales en Vizcaya, Álava y Guipúzcoa, se quedó en el 14,86% en Navarra.
Lo cierto es que existen precedentes legales, ratificados por el Constitucional, que permitirían al PP ser flexible en ambos casos, pero que no le obligan a ello. En 2004, ERC se encontró en un caso equivalente al de Amaiur. Había logrado ocho diputados, pero en la circunscripción de Barcelona solo alcanzó el 14,16% de los votos válidos. La Mesa del Congreso, con mayoría socialista y nacionalista, permitió a los diputados independentistas conformar el grupo parlamentario. El PP recurrió entonces el acuerdo, pero el tribunal confirmó su legalidad. La corte le dijo que la Mesa es soberana para interpretar el reglamento según su criterio. Lo que sí está claro es que si es flexible con UPyD, en este momento la cuarta fuerza nacional, lo tendría que ser también con Amaiur si no quiere incurrir en una arbitrariedad o, incluso, en una irregularidad administrativa o penal.
La segunda opción es que otro partido le preste a UPyD o a Amaiur algún diputado para que eleve el porcentaje de voto y pueda constituir el grupo, como ya se ha hecho en varias ocasiones , pero está fórmula por la puerta trasera también debe tener el visto bueno de la Mesa.