Al igual que ocurriera el pasado mes de mayo con las municipales, las elecciones generales del próximo 20 de diciembre se presentan más abiertas que nunca. Corren por ahí encuestas de todo tipo, desde una improbable mayoría absoluta del Partido Popular a todo un abanico de posibles coaliciones, en las que Ciudadanos se antoja clave tanto para el PP como para el PSOE. En menor medida Podemos podría jugar también un papel preponderante si a Pedro Sánchez sigue sin importarle vender su alma al populismo. Conclusión: a apenas dos meses vista nadie tiene ni pajolera idea de qué va a ocurrir. Situación, como comentaba, absolutamente similar a la que ya vivimos en las semanas previas al 24 de mayo.
Lo que sí es evidente es que el batacazo del actual partido en el gobierno será mayor cuanto mayor sea su empeño en mantener a Rajoy como candidato. Al actual presidente no se le pueden negar dos cosas: valentía a la hora de tomar decisiones a sabiendas de que le iban a poner como los trapos y firmeza ante el 'porsaco' que le (nos) están dando los catalanes. Probablemente, con el pasar de los años, sea recordado básicamente por esas dos razones, del mismo modo que Zapatero lo es por haber logrado importantes avances sociales y por no haberse enterado de la crisis que se nos venía encima.
Desde ya, el PP está vendiendo a Rajoy como el mejor candidato posible por ser quien nos está sacando de este tremendo socavón económico. Se equivocan. Las medidas que ha tenido que tomar han 'quemado' su imagen, ya de por sí bastante pobre. Rajoy y carisma son términos absolutamente antagónicos. Mucho mejor harían los 'peperos' si eligieran a Sáenz de Santamaría, que también se puede apuntar la medalla de la política económica y transmite más seguridad que su jefe.
Del mismo modo que antes, este panorama nacional actual tiene un gran paralelismo con el vivido hace muy poco en Cádiz. Teófila Martínez debió darse cuenta de que tras 20 años de mandato y ocho de crisis, tenía que dejar paso a otro. No tengo la menor duda de que cuando el tiempo cure complejos y envidias, 'Nuestra Señora' -a decir de Carmelo de Cai- será recordada como la mejor alcaldesa de la historia de Cádiz. De hecho, de haber gobernado en otra época, ahora mismo tendría cinco calles, cuatro avenidas, un estadio, un par de plazas, tres pabellones y un puente con su nombre. Pero no lo hizo, no se fue, y la consecuencia fue que tuvo que ceder su sillón a un señor que va de cabeza a convertirse en el peor alcalde de Cádiz desde los tiempos de Cristóbal Colón y el descubrimiento de América, con su genocidio y todos sus avíos. Quizá aún estén a tiempo. Quizá cuando se siente a pactar la moción de censura -que lo hará- con PSOE y Ciudadanos, esa sea una de las claves. Bruno García, por ejemplo, candidato. De ese modo, el PSOE no tendría ya ninguna excusa para seguir apoyando a Kichi.