lavozdigital.es
logo ABC.es
nuboso
Hoy 5 / 18 || Mañana 7 / 16 |
más información sobre el tiempo
Estás en: > >
Proyectar en inglés
Actualizado: 10:17

opinión

Proyectar en inglés

Día 3/10/2015 - 10.17h

Hay amistades que contribuyen a admirar el mundo que percibimos. Pienso en el arquitecto inglés William Fletcher, cuyo apellido recuerda a Fletcher Christian, segundo oficial de la fragata 'HMS Bounty', a quien recrea Marlon Brando cuando en 1789 dirigió un motín contra su cruel capitán William Blight, en la cuarta y más conocida versión en cine de la epopeya ('Rebelión a Bordo', de Lewis Millestone, 1962).

A Will Fletcher nunca hubiera tentado la Royal Navy, y tampoco hubiese sido capaz de dirigir motín alguno. Cuando yo le conocí, el mundo de ese pequeño gran hombre se limitaba a una mesita de caoba en un sótano con entrada desde el clásico patio inglés, en una calle de Bloomsbury con su amable alineación de frondosos tilos, no muy lejos de las casas que frecuentaron tiempo antes Virginia Woolf y Lytton Strachey. Sobre ese tablero, Will proyectaba bellos edificios en línea con la moderna arquitectura inglesa que apasionó al mundo durante los años 60 y 70. Y lo hacía con medios tan sencillos como sus excelentes obras, sólo una estilográfica Sheaffer, lápiz de mina dura, regla y un montón de folios. Su minucioso trabajo consistía en ir rellenado las páginas, mediante textos, dibujos y gráficos, todo a mano alzada. Al final, encuadernaba un grueso volumen en el que se describía con absoluto pormenor un proyecto que con tan prolijas prescripciones podía construirse y siempre daba lugar a una hermosa construcción.

El peso de la tradición en la burguesía inglesa prolongó el pastiche victoriano hasta el final de la Guerra Mundial retrasando así la consolidación del Movimiento Moderno. Con excepciones, en parte por la llegada de arquitectos fugitivos de altercados prebélicos, como el alemán Marcel Breuer o el ruso Berthold Lubetskin, pero también por el compromiso moderno del Grupo Tecton, así por la arquitectura industrial, entre la cual destaca como icono la Central Eléctrica Battersea, obra de Gilbert Scott quien paradójicamente resulta también conocido por piezas que explotan el agrado fácil de lo pintoresco, como los famosos letterbox o las cabinas de teléfonos cuyas reproducciones tanto encandilan a los turistas.

A partir de la cultura democrática establecida tras la victoria contra el nazi-fascismo en 1945, se adopta la Modernidad como replica al historicismo de los vencidos. Los arquitectos británicos adquieren desde entonces cierto protagonismo en los congresos internacionales de arquitectura contemporánea, y ya en su décima edición que se celebra en Dubrovnik en 1956, Alison y Peter Smithson plantean una profunda revisión de la modernidad que dio lugar al Team Ten, a través del cual y junto a otros arquitectos tuvieron gran influencia en la Europa de los años 60 y 70.

Will Fletcher colaboraba modestamente con los Smithson y su grupo, al cual también pertenecía el catalán Coderch. Gracias a él pude conocer a Alison, que nos recibía en su casa siempre con un humeante tea mug en su mano izquierda que no dejaba ni para dibujar. Recuerdo su comentario: «La ornamentación sin retórica hace más compresible la arquitectura». En España la arquitectura inglesa de esa época tuvo amplio eco, como lo demuestran obras de nuestros más reconocidos arquitectos: Alas y Casariego, Saénz de Oiza, Corrales y tantos otros. En Cádiz se construyeron dos piezas inspiradas en esta vanguardia de los sesenta. La Escuela de Enfermería, de Juan Jiménez Mata (1970), y la Residencia de Tiempo Libre, de Miguel Martínez de Castilla (1976). La primera ya fue demolida sin motivo. La otra aún sobrevive bajo amenazas.

Compartir

  • Compartir

Comentarios:

lavozdigital.es

EN CUALQUIER CASO TODOS LOS DERECHOS RESERVADOS:
Queda prohibida la reproducción, distribución, puesta a disposición, comunicación pública y utilización, total o parcial, de los contenidos de esta web, en cualquier forma o modalidad, sin previa, expresa y escrita autorización, incluyendo, en particular, su mera reproducción y/o puesta a disposición como resúmenes, reseñas o revistas de prensa con fines comerciales o directa o indirectamente lucrativos, a la que se manifiesta oposición expresa.