lavozdigital.es
logo ABC.es
nuboso
Hoy 5 / 18 || Mañana 7 / 16 |
más información sobre el tiempo
Estás en:
Progreso vs mediocridad
Actualizado: 10:53

artículo

Progreso vs mediocridad

Día 27/09/2015 - 10.53h

Por primera vez en siglos, Cádiz se ha situado a la vanguardia internacional de algo. Por primera vez en toda su historia, ha podido establecer una comparación con ciudades como San Francisco o Nueva York sin que suene ridículo, sin que nadie se eche a reir. Comparamos y ganamos. A Nueva York. A San Francisco. Por un momento. En una cosa. Una ciudad que no deja de ser un minúsculo brazo de mar a la orilla de todo un oceáno Atlántico, en la que según su alcalde todo es miseria y pobreza, disfruta desde hace apenas tres días de una de las obras de ingeniería más importantes del mundo. Y aquí, en la ciudad del derrotismo congénito, del protestar por norma, del exigir sin ofrecer nada a cambio, la criticamos. Criticamos su coste, juzgamos su utilidad. Nos perdemos en detalles, centrando el tiro en lo menor para negar la mayor, en una definición perfecta de la cortedad de miras. De la mediocridad.

España entera ha reconocido que se trata de una infraestructura que puede y debe servir para dinamizar la economía de la Bahía de Cádiz. España entera ha reconocido el esfuerzo y ha mostrado su acuerdo con la inversión. España entera es la que ha pagado, aunque haya quien quiera hacer ver que Teófila Martínez ha ido de casa en casa, desde Cortadura a La Viña, exigiendo un diezmo a cada pobre gaditano para recaudar los 500 millones que ha costado.

Aunque sólo sea por su importancia arquitectónica, por su valor icónico, Cádiz ha recibido un regalo que algunos de sus ciudadanos no se merecen. En momentos históricos como el del jueves es cuando se demuestra la grandeza o la mediocridad de un pueblo. Por supuesto que la inauguración pudo ser mejor. Evidentemente que los ciudadanos deberían haber tenido mayor protagonismo. Pero los errores de nuestros políticos son coyunturales. Se irán y el puente quedará. Por siglos, según quienes lo han construido. Sobrevivirá a los nietos de nuestros nietos. Y esa es la grandeza.

Cuando se construyó el puente de Brooklyn ni un solo neoyorkino alzó la voz para protestar por su coste, que por cierto también duplicó el inicialmente previsto. Siguieron mirando hacia adelante, en lugar de hacia atrás. Se llama progreso. Aquí hacemos todo lo contrario. O al menos lo hacen demasiadas personas. Las más ruidosas. Debemos confiar -no nos queda otra- que no son todas. Debemos luchar contra quienes hubiesen preferido que Cádiz y Puerto Real estuviesen unidos por una pasarela de madera para poder exigir que con ese dinero se taparan boquetes en lugar de invertirlo en futuro. Quizá son ellos los que deberían invertir su tiempo en aprender la diferencia entre gasto e inversión, principio básico de ese progreso que les decía. En lugar de malgastar su vida en continuas lamentaciones.

Compartir

  • Compartir

Comentarios:

lavozdigital.es

EN CUALQUIER CASO TODOS LOS DERECHOS RESERVADOS:
Queda prohibida la reproducción, distribución, puesta a disposición, comunicación pública y utilización, total o parcial, de los contenidos de esta web, en cualquier forma o modalidad, sin previa, expresa y escrita autorización, incluyendo, en particular, su mera reproducción y/o puesta a disposición como resúmenes, reseñas o revistas de prensa con fines comerciales o directa o indirectamente lucrativos, a la que se manifiesta oposición expresa.