Por si quedaba alguna duda, el PSOE de Cádiz, con su portavoz Fran González a la cabeza, se ha quitado definitivamente la careta. Desde que el pasado 24 de mayo las urnas le dieron la posibilidad de ser colaborador necesario de Podemos para acabar con dos décadas de mandato del Partido Popular en la ciudad, los hechos han venido demostrando que, a día de hoy, Por Cádiz sí se puede y Partido Socialista son prácticamente una misma cosa.
Tras tres semanas de dimes y diretes, finalmente votaron a favor de la investidura de José María González como alcalde. Algo que era evidente desde el principio que así ocurriría. Desde entonces, con algún amago leve de distanciamiento político, ambos han ido de la mano en el gobierno de la ciudad. Quedó claro en el Pleno de empleo celebrado días atrás, en el que se sacó adelante el plan elaborado por el propio PSOE. Y ayer resultó ya cristalino. En prácticamente todas las votaciones, la imagen de la bancada del equipo de gobierno y el PSOE fue siempre la misma. O todas las manos arriba o todas abajo. Una coalición soterrada por más que tanto unos como otros traten de mantenerse a cierta distancia de cara a los ciudadanos.
Lo cierto es que oficialmente, Fran González y José María González no han sellado pacto alguno, pero en la práctica ambos toman las grandes decisiones que afectan a la ciudad.
Por consiguiente, tanto para lo bueno como para lo malo, Podemos y PSOE -con la colaboración también de Ganar Cádiz- son y serán los responsables del devenir de la ciudad durante los próximos cuatro años.