Cuando una formación política como la que aspira a declarar la independencia de Cataluña, 'Juntos por el 3%', creo que es la traducción literal al español, caracterizada por patrimonializar como propias las instituciones del Estado en su ámbito territorial, sobre la base de una ideología única, que los ciudadanos tienen que asumir, so pena de verse discriminado y no poder ejercer con libertad los derechos individuales que el ordenamiento les otorga, de manera categórica se puede decir que un régimen totalitario ejerce el poder en esa zona del territorio. De igual forma, las señas de identidad colectivas ocupan todo el espacio, incluido el que la ley reserva a los ciudadanos, que además son considerados desleales, solo por no comulgar con las premisas que impone el régimen, que intenta adocenar a la población, exigiendo sin rubor que la información de los medios de comunicación allí instalados, públicos y privados, éstos debidamente engrasados, se convierta directamente en propaganda auspiciada por el poder, me llevan a pensar nuevamente y a ratificarme una vez más, con la condición totalitaria del poder allí ejercido.
¿Cómo se ha llegado a semejante disparate? La respuesta es clara y circunscrita a errores del pasado. Una lectura de las crónicas históricas era suficiente para aleccionar a los dirigentes políticos sobre qué les podía esperar al nordeste del Ebro. Un concienzudo estudio de la obra de Ortega y Gasset también. «Conllevarse con Cataluña», es la forma que a su juicio posibilita el tránsito del tiempo en aquellos lares. A esa conclusión llegó después de su aprendizaje como diputado en las cortes republicanas. Ahora bien, hay que tener claro el concepto. Alude el diccionario a aguantar el genio, sufrir, soportar las impertinencias. Lo que no dice es que seamos indiferente ante esa actitud reprochable sin duda del otro. Durante demasiado tiempo ha habido que conllevarse con la corrupción política, con el arrinconamiento del español en las aulas, se ha fulminado el pluralismo político, se ha ideologizado el nacionalismo como cuestión dogmática y se ha colonizado la sociedad desde las instituciones. Los que tenían que dirigir esa conllevancia, los poderes públicos estatales, han abandonado a los demás catalanes y al resto de españoles. Porque el problema nos afecta a todos, a los que integramos la nación española, que demás somos el sujeto político que detenta la soberanía en todo el territorio. De ahí que cualquier cuestión que pudiera afectar, aun tangencialmente a la soberanía y a la integridad territorial, debe ser decidido por el sujeto político legitimado para ello, o sea, todo el pueblo español, desde la isla del Hierro, hasta la frontera de Portbou. ¿Qué pretenden estos de la turba que se reúnen los 11 de septiembre? ¿Cuál es la pretensión que tienen con esa punta de flecha o cursor de ordenador que atravesaba la muchedumbre, segmentada, compartimentada, ordenada y adocenada? Supongo que su destino será el de toda punta con aletas laterales, ser introducida o penetrada por donde más duele.
Se presenta ahora un problema llamado 'los de la tercera vía'. Que a la postre pretende ofrecer concesiones ante la situación. Y es precisamente lo que ni se puede, ni se debe hacer. Lo ha dicho el que baila de manera ridícula, pero baila y larga, que Arturito le dijo un día que lo que el pretendía era tensar la cuerda hasta el límite y luego a vivir de las rentas que se obtengan, que son dos días. Iceta, por tu 'mare' de tu 'arma', dile a Sánchez que se aclare de una vez y para siempre.