Sabe lo que es pelear por lo que todos dan por obvio sin que lo sea. Esos derechos que son de todos pero que, si una voz no clama bien alto, pasan desapercibidos para las minorías oprimidas. Por eso, Rafael Lara y la Asociación Pro-Derechos Humanos que preside en Cádiz está implicada al máximo en la coordinación de los refugiados sirios que llegarán en las próximas semanas a la provincia tras su dramático éxodo.
- ¿Cómo se está coordinando la llegada de los refugiados sirios?
-Es importante aclarar que aún no han llegado. A la provincia han llegado siempre refugiados sirios procedentes de Ceuta y Melilla, pero no se quedan en la provincia. Con respecto a los refugiados actuales, el lunes [por hoy] se reúnen los ministros de la Comisión Europea y ahí será dónde decidan los cupos que se le dan a cada país y los procedimientos. Ahora todo son incógnitas: no se sabe cuántos vendrán, ni cómo se distribuirán, ni quien lo gestionará o con qué recursos van a venir. Tampoco se sabe su situación lega, si tendrán el estatuto de refugiados o simplemente le van a dar la tarjeta roja de solicitante. Ante esta incógnita, nos hemos reunido multitud de asociaciones con el Ayuntamiento de Cádiz y estas gestiones se están realizando en otros ayuntamientos. En un principio, es un aspecto simbólico pero importante, declarar Cádiz como ciudad refugio. Además, para ver los recursos para coordinar la atención. Uno de los elementos que más se debatieron fue la creación de un protocolo de actuación para lo tengan los consistorios, las asociaciones y ciudadanos. Algo importante a tener en cuenta es que hay que favorecer la integración de estas personas, no puede ser algo desorganizado. Hay problemas o incógnitas de lenguaje, sanidad, escolarización, de convivencia. Además, los periodos de acogida pueden ser largos, los trámites así lo son porque las administraciones son burócratas y poco sensibles. Estamos ya trabajando en la sensibilización de la ciudadanía y el establecimiento de los protocolos.
- ¿Cómo cree que será la acogida en la provincia?
-En primer lugar, creo que hay que dejar claro que, en líneas generales, la sociedad gaditana es bastante solidaria. De hecho, la cantidad de colectivos que nos estamos reuniendo es un síntoma de esa solidaridad. Creo que van a ser muy bien acogidos. Es cierto que hay sectores o personas que puede no entender esta acogida. Pueden pensar que con la de problemas que tenemos aquí cómo nos ponemos a acoger a refugiados. Es una mala contraposición. Esa gente tiene que entender que estamos obligados por solidaridad y que los derechos son para todos, no para unos cuantos. Además, no debemos olvidar que a nosotros también nos tocó. De aquí salieron miles de personas huyendo de la guerra y fueron acogidos en Argentina o México. Queríamos que nos acogieran, la historia nos enseña que los pueblos necesitan esa acogida. Hay que tener en cuenta que estamos hablando de unos porcentajes muy pequeños. Están llegando a la Unión Europea un 0,1% de la población europea. Si aquí llegan 100 ó 50 familias, somos 1.200.000 habitantes en la provincia, es casi una familia por pueblo. Creo que no hay que alarmarse, la sociedad gaditana va a responder solidariamente. Alguna gente puede no entenderlo y hay que explicárselo.
- ¿Recuerda llamadas similares a la de ahora con el pueblo sirio?
-Creo que es bastante más fuerte que en otras ocasiones. Lo que ocurre es que los inmigrantes que llegan a las costas de Cádiz no tienen la consideración de refugiados pues no se establecía este protocolo. Pero sí hay que tener en cuenta que se han vivido situaciones, no similares, per sí cercanas. Recuerdo en el año 2000 cuando estaba el campamento de Calamocarro, en Ceuta con miles de personas. Hubo un protocolo del Gobierno español y hubo muchas familias que fueron acogidas en la provincia. Todavía hoy se produce. Hay asociaciones que tienen un dispositivo de acogida de refugiados que salen de Ceuta, con la diferencia de que no vienen con la solicitud. La Ley europea dice que la persona debe quedarse en el lugar en el que solicita el asilo y eso tarda dos o tres años en concederse. La gente no quiere solicitarlo en España porque tiene que quedarse aquí y ellos quieren irse a países como Alemania. En Ceuta, muchas de las familias sirias no solicitan el asilo porque sino les obligan a quedarse allí. Ese es uno de los temas que estará presente en la cumbre, el que se conoce como el Convenio de Dublín que es el que queremos que se derogue.
- Y en lo personal, ¿cómo le gustaría que fuera la acogida de los refugiados sirios en la provincia?
-El futuro que me gustaría para ellos es que pudieran regresar a su país, si ellos lo quieren. me gustaría que estuvieran aquí no porque estén obligados por la guerra, sino porque se han adaptado. Pero que acabe esa guerra terrible, fraticida, fanática y que se vea un futuro de paz en Siria. La gente quiere estar con los suyos en su tierra, no exiliado. Cuando están aquí es porque allí no aguantan más y peligran por su vida.