Qué sabor tiene el rojo?. ¿Qué textura caracteriza al verde?. ¿La consistencia del amarillo es tersa?. ¿El morado tiene un toque picante?.¿Todos los naranjas son ácido?. Existe un término recogido en el libro 'El Habla de Cádiz' del insigne Pedro Payan que es «lambusio», que lo define persona golosa y glotona. Podríamos llegar a confundirlo con la expresión de «aquel que come más con la vista que con la boca».
El sentido del gusto no se encuentra en la vista, pero contribuye a su plenitud. Nada que a la vista no sea apetecible terminará teniendo la categoría culinaria de manjar.
La vista es previa al olor, al sonido, al tacto, al gusto, loa cinco sentidos que, según Ferrán Adriá, intervienen en el acto placentero del comer. Nuestro ojos están también entrenados para percibir lo delicioso, lo crujiente, lo salado, lo dulce, lo caliente, lo ácido. Esas percepciones visuales se aprecian incluso a través de una fotografía o detrás de un vidrio. Nuestra vista rige nuestro sistema de decisiones alimenticios. En el mudo de la comida existen especialistas en interpretar el lenguaje visual de los alimentos. Los brillos, la disposición en el plato, las migas, los colores, las formas, el tostado del pan, el entorno, los manteles, la vajilla, todo puede influir a la hora de provocar una emoción que nos haga segregar nuestro jugos gástricos. Según la última encuesta del Eurobarometro los europeos relacionamos la comida con el placer.
Alimentarse de forma equilibrada y placentera requiere introducir en nuestra dieta todos los elementos que nuestro organismo necesita para nutrirse y desarrollarse sanamente. Las verduras y frutas juegan un papel fundamental. Para incluirlas de forma adecuada en nuestra dieta debemos mezcla colores.
Los colores de las frutas y vegetales se relacionan con los componentes y vitaminas que cada una tiene.
El naranja de las zanahorias, mangos, naranjas, melón, maíz, pomelos y cítricos, entre otros tienen un poder antioxidantes, mejoran el sistema inmunológico, protegen contra enfermedades cardiovasculares, cataratas y degeneración de la mácula del ojo y nutren la piel dándole un aspecto saludable.
El rojo de los tomates, sandías, manzanas rojas, fresas, frambuesas, pimientos morrones rojo, entre otros estimulan la memoria, ayudan a prevenir ciertos tipos de cáncer, alcalinizan la sangre, son remineralizadores de los tejidos y ayudan contra los problemas hepáticos.
El verde de los aguacates, pepinos, brócoli, alcachofas, lechuga, kiwis, uvas verdes, manzanas verdes, espinacas, tunas, entre otros, previenen enfermedades cardiovasculares, son antioxidantes, previenen algunos tipos de cáncer, mejoran la calidad de la piel, mantienen dientes y huesos firmes, contribuyen a tener una buena visión y ayudan a controlar la anemia.
El morado de las uvas, berros, repollo morado, cebolla morada, higos, ciruelas y berenjenas reducen el colesterol, previenen el envejecimiento, combaten enfermedades urinarias (especialmente los arándanos), protegen contra algunos tipos de cáncer y ayudan a la memoria.
El blanco de la coliflor, plátanos, peras, ajos, cebollas, jengibre, champiñones, papas y el nabo ayuda a mantener bajos los niveles de colesterol, previene enfermedades coronarias y contribuye a prevenir algunos tipos de cáncer, en especial los gástricos y de colon.
Aprovecha el verano y come colores.
