Mercado de trabajo y sector público son dos problemas de momento irresolubles, porque no se ha tenido el coraje suficiente para hacerles frentes como la situación exige. La reforma laboral dispuesta ha encauzado el problema, pero de manera manifiestamente insuficiente. El sector público apenas ha sufrido modificaciones de naturaleza estructural. Seguimos teniendo un sector público sumamente gravoso, que España no se puede permitir. Las tres partidas generadoras de déficits por excelencia son el sector público, a todas luces desproporcionado, la partida de las políticas pasivas de empleo (desempleo contributivo y asistencial) y el gasto financiero al servicio de la deuda pública. Sobre este último solo queda rezar para que el coste de su financiación se encuentre en zonas de mínimos, como ocurre ahora. Los otros dos son estrictamente internos y su solución pasa por una regulación acorde a las especiales circunstancias del país. Sin la racionalización del sector público, que pasa necesariamente por su drástica reducción y con una legislación laboral y fiscal que nos lleven decididamente a encontrar el umbral del llamado desempleo friccional, este país no tendrá solución.
El cuarto problema o tercero más uno, es la inconsistencia personal e intelectual de ciertos políticos. Exhiben poco cerebro, incapaces de otear el horizonte por evidentes razones, se apoyan con ciertos dedos de los pies, que despliegan en forma de alerones, lo que hace innecesario el báculo para sostenerse. 'Im becillis' palabra latina, significa que no dispone de bastón, llamando así a las personas que por vejez no podían sostenerse por sí mismas, requiriendo la ayuda de ese elemento de apoyo. La sabiduría iba asociada a la vejez y ésta a su vez a la imagen de un anciano apoyado en un báculo. De tal forma que no disponiendo de ello, no disponían de sabiduría. Caían por gravedad. La 'imbecillita' derivó en el vulgo vocablo del imbécil, que significa persona poco inteligente o que dice y hace tonterías. Me vale para definirlos a todos por igual, cuando unos proponen la retirada de un busto del insigne escritor y otros ejecutan. Veo como ultrajan la memoria de un gran intelectual monárquico y de derechas como fue el insigne José María Pemán.
El recurso al descalificativo de 'fascista', es el recurso socorrido de una importante caterva de imbéciles de izquierdas, que utilizan el insulto para desacreditar al contrario. El centro sociológico español se sitúa algo escorado a la izquierda. El 48% a la derecha desde ese hipotético centro. Supone pues que esa cantidad de personas son susceptible de merecer ese descalificativo. Por supuesto que yo me encuentro en ese porcentaje. Por eso sin ningún pudor califico de imbéciles a los que han propuesto y han ejecutado la retirada del busto del insigne dramaturgo jerezano-gaditano del Teatro Villamarta. He intentado conocer los 'curriculum' de tan siniestros personajes de la vida política jerezana. Pero no ha sido posible. No deben tener nada que ofrecer, porque simplemente no existen. La regidora jerezana, salvo haber escrito en folios rosas la biografía de Felipe González, no se le conoce obra académica, intelectual, ni estudios, ni nada que acredite un intelecto desarrollado. Supongo que dejaría constancia clara y rotunda de Filesa, Malesa, Time- Export. sobre el rosa palo de los papeles. Espero que haga pública algún día esa obra y así poder compararla con la de Pemán. Hasta el alcalde de Cádiz ha decidido indultar al Teatro Pemán, reconociéndole méritos académicos e intelectuales propios. A la alcaldesa debe habérsele nublado la mente. Ahora sé que la tiene rosa.