A la Bahía de Cádiz le ha tocado esta semana la «Lotería». Esta fue una de las reacciones que se escucharon el pasado miércoles tras conocerse, por fin, que Navantia tiene luz verde para construir cuatro barcos petroleros. La más gráfica quizá. Porque es verdad. Era prácticamente imposible que semejante contratazo pudiera cristalizar, pero la voluntad política de muchas personas lo ha hecho posible. Y justo es reconocerlo. Además de mangantes, vagos, ilusos, ineptos, enchufados... hay algunos políticos que simplemente hacen política. Y es que -no nos engañemos- este contrato que creará más de 3.000 puestos de trabajo no es rentable. No lo es desde un punto de vista estrictamente económico. Tanto es así que la Sociedad Estatal de Participaciones Industriales, la famosa SEPI, lo calificó de «ruinoso». De hecho, advierte que como durante la fabricación de los barcos se produzca el más mínimo contratiempo, la operación arrojará pérdidas para la compañía. Simplificando: se trata de una operación que jamás habría aceptado una empresa privada.
Ocurre que precisamente para eso están los políticos. Para equilibrar lo rentable económicamente con lo necesario socialmente. Lo que viene a ser política de altura. Lo fácil es decir que uno es el alcalde más solidario y justo del mundo porque abre tres comedores escolares. Eso lo hace cualquiera. Lo difícil es poner de acuerdo a las más altas instancias económicas y políticas de este país para que cierren un acuerdo que no es la panacea para las empresas implicadas, pero que es absolutamente justo y completamente necesario para la Bahía de Cádiz. Una Bahía que lleva años reclamando un plan de empleo especial en base a su terrorífica tasa de paro. Una Bahía que verá como más de 3.000 personas tendrán una ocupación cada mañana y un salario a final de mes, por lo que no tendrán que pedir para el desayuno de sus hijos.
Eso es hacer política, sea del signo que sea. Esta vez ha sido el PP. Antes fue el PSOE. Da igual. Bienvenido sea. Los ciudadanos estamos cansados de asistir a peleas, a infantiles cruces de declaraciones. Lo único que reclama la 'gente', que diría el alcalde de Cádiz, son gestiones efectivas. Soluciones. Es obvio que siempre hay un interés político detrás. Que siempre se dan este tipo de noticias a las puertas de unas elecciones. Pero dadas las circunstancias, ese es el mal menor.
La Bahía está, pues, de enhorabuena. Ese es el camino a seguir. El único posible. Y parece que nuestros responsables políticos lo han entendido. Al menos esta semana hemos asistido a una ceremonia de la concordia entre todos ellos. O casi. Algunos han seguido enfrascados en sus cosas. Sus barbacoas, sus visitas al Nazareno, sus polémicas consulares... Temas importantes, sin duda.
