Una de las mayores muestras de madurez y coherencia que puede dar una persona, en cualquier ámbito de la vida, es la de rectificar. Quien inventó aquello de «rectificar es de sabios» sabía lo que decía. Ocurre que cuando te ves obligado a rectificar prácticamente a diario y la excepción se hace norma, queda en evidencia que ya no es una cuestión de sabiduría, sino más bien de todo lo contrario, de torpeza. O de osadía. En el tiempo que los concejales de Podemos llevan al frente del Ayuntamiento de Cádiz se han visto obligados ya a rectificar en demasiadas ocasiones, lo que deja bien a las claras que la bisoñez es una de las características que mejor definen su gestión. Sin duda es producto de su inexperiencia y eso es algo que se cura con el tiempo. Pero también del gigantesco paso que han dado sus integrantes desde el activismo social a la gestión municipal, que son dos cosas muy distintas.
Nada más ser investido como nuevo concejal de Hacienda, David Navarro, declaró públicamente en una asamblea de Podemos que sus antecesores habían dilapidado en propaganda nada más y nada menos que 144 millones de euros en los últimos años. Una cifra astronómica que al día siguiente tuvo que corregir, afirmando que se trataba de una «estimación personal». Algo parecido le ha pasado esta semana con los sueldos de los concejales del PP. Convocó una rueda de prensa para decir que en un año habían cobrado entre todos más de un millón de euros. Al día siguiente envió una nota de prensa pidiendo disculpas y reconociendo que había metido la pata por un «error aritmético». Sin duda, ambas rectificaciones honran, y mucho, a David Navarro como persona. Pero le dejan en evidencia como concejal de Hacienda. Si Podemos rebusca bien, es probable que no tenga muchas dificultades para encontrar a otra persona más cualificada para desarrollar un cargo de tamaña importancia.
Distinto resulta el caso del concejal Martínez de Pinillos, famoso ya por su imagen llevado en volandas por la Policía al tratar de impedir que se ejecutara una orden firmada por un juez. De forma pacífica, faltaría más. Al margen de su faceta de concejal-activista, Martínez de Pinillos ha destacado por anunciar dos medidas que posteriormente han sido 'tumbadas' desde su propio partido. La primera de ellas fue decir que se paralizarían las obras del parking de Sevilla y la segunda que las barbacoas se extenderían por toda la playa porque así lo demandaba la 'gente'. En ambos casos la diferencia con respecto a David Navarro es que ha sido su propio partido el que le ha desmentido. Él, ni mú. Ni frío ni calor. Digo lo primero que se me ocurre y si cuela, cuela. Mucho me temo que este joven concejal va a dar tardes de gloria. Siempre y cuando su jefe -quien por cierto ha rectificado su indumentaria-, no le haga un 'Varoufakis' al más puro estilo Alexis Tsipras.