El caso de la Escuela de Hostelería de Cádiz es un monumento a la incompetencia y a la desidia de la Junta de Andalucía con la provincia. El Gobierno regional lleva meses anunciando la reapertura del centro y prometiendo el pago de las nóminas atrasadas a sus profesores.
La pelota ha pasado de un consejero a otro hasta que la propia administración regional se ha visto obligada a pedir disculpas por esta situación. Sin embargo, la realidad de este a asunto es que ni hay fecha para la apertura ni tampoco dinero para pagar los salarios a sus docentes.
En resumen, la Escuela de Hostelería no tiene fecha en el calendario para iniciar un nuevo curso formativo. El propio delegado del Gobierno de la Junta en Cádiz, Fernando López Gil, pidió ayer disculpas a los alumnos y profesores por este nuevo retraso, achacable ahora al cambio de competencias.
El traspaso de los asuntos de formación de Educación a Empleo genera ahora un nuevo laberinto administrativo que impide poner en marcha este consorcio. Los alumnos y los profesores están hartos de promesas y no entienden de trámites administrativos. Lo único que quieren es estudiar, dar clases y cobrar.
La Junta ha demostrado una vez más su nivel de incapacidad para solucionar un problema tan sensible como es la educación. El retraso para aclarar el futuro de la Escuela se atribuye ahora a las dificultades que presentan «las cuestiones jurídicas». Hay que tener en cuenta que el centro formaba parte de un consorcio en el que tenían presencia la Administración autonómica y el Ayuntamiento de Cádiz y se financiaba por un régimen de subvenciones. La intención ahora es integrarlo en la estructura de la Agencia Pública de Educación y Formación.
No es de recibo que la Escuela de Hostelería gaditana, como tantos otros consorcios de la Junta, lleven meses paralizados por cuestiones técnicas. Lo único que se le pide a una Administración es que sea ágil para solucionar los problemas. A estas alturas pocos pueden confiar en las promesas del Gobeirno regional, sobre todo, cuando está en juego el futuro de muchas familias y nadie pone solución.