En pocos días, miles de jóvenes tomarán una de las decisiones más importantes de su vida. Pasado el sin vivir de la Selectividad, la nota de corte dará al traste con auténticas vocaciones o servirá de aliento para cumplir la ilusión de sus vida. Para unos, los que van de sobrados, sólo ha sido un mero trámite; para la mayoría, una desazón sin parangón, noches de nervios y repasos alocados. Algunos podrán elegir por expreso deseo de sus aspiraciones, otros lo harán por las ansias de vivir mejor o de ver cubiertas con creces sus necesidades económicas, pero en todos ellos la ilusión seguro que es la brújula que marca su norte.
Hace pocos años los expertos en mercado de trabajo vaticinaban que en poco tiempo las profesiones más demandadas serían algunas inexistentes en ese momento. Y no les faltaban razones. Las titulaciones académicas clásicas o las profesiones de toda la vida, derecho, arquitectura, ingeniería, medicina, se han convertido en un simple punto de partida. A la hora de buscar trabajo cada vez pesa menos en el curriculum los estudios que hemos cursado, lo que se es como profesional, el título que se posee. Las habilidades específicas que se tienen para desempeñar un puesto son más importantes. No es lo que somos, sino lo que se sabemos hacer, como nuestras capacidades dan respuesta a las demandas que se nos plantean, como resolvemos de manera acertada los problemas que surgen.
Entre las profesiones mejores pagadas del mundo están las relacionadas con el marketing, los brokers, los asesores financieros, los programadores Java, los expertos en logística y los responsables de estrategias comerciales. Todas vinculadas con los negocios y la especulación. El colmo llega a una profesión muy bien remunerada y que causa furor entre los jóvenes, la de 'probador de videojuegos'. Según los datos de las diferentes administraciones, en España los oficios mejor pagados son controlador aéreo, piloto de aerolineas comerciales, director ejecutivo, notario y registrador de la propiedad. En el extremo de los peor pagados, todos lo que tienen que ver con el sector servicios.
Por otro lado, están los oficios, esos de toda la vida y que cada vez son más difíciles de encontrar. Trabajar con las manos, modelar la tierra, hacer que con lo que nos ofrece la naturaleza de manera virgen podamos elaborar cosas, útiles e instrumentos, se ha convertido en una rareza. La satisfacción de crear de la nada es un lujo al alcance de pocos. El sector artesano puede ser una buena alternativa para el auto empleo. Andalucía es la Comunidad Autónoma donde mayor peso tienen los talleres artesanos, donde más empleo se crea. El sector de la madera, la cerámica, la piel y el cuero son los que mayor valor de producción tienen. Desde el ebanista que con sus muñequillas, lacas y barnices es capaz de sacar ese brillo y lustre a las maderas nobles, pasando por el cantero que con sus cinceles y martillos da forma a las rocas marmóreas amorfas. Desde el marroquinero que modela la piel y crea complementos diarios, pasando por el taraceador que con conchas, nácar y maderas teñidas hace posible dibujos geométricos que transciende la imaginación.
Recuperar esos oficios forma parte de nuestro patrimonio cultural.