Gobiernos delicados

La política de los pactos es tan propia de esta democracia como el sistema de votación. Siempre han existido uniones entre partidos e incluso se han dado algunos absolutamente antinatura. Daría para mucho un debate sobre si debería gobernar la fuerza con más votos, ya que para ello habría que ponerse de acuerdo en quién ha sido el más votado. En Cádiz capital se ha dado uno de estos ejemplos. La ya exalcaldesa Teófila Martínez ha sido desbancada de su puesto a pesar de haber obtenido más escaños que el segundo de los candidatos. Pero es que, en el cómputo total, el número de votos destinados a otras formaciones que no eran la suya han sido más. Como consecuencia, PCSSP se ha hecho con la Alcaldía con el apoyo del PSOE y Ganar Cádiz en Común. En este caso, la diferencia de concejales entre el primero y el segundo era solo de dos. Y si los apoyos perduran durante la legislatura, cosa bastante improbable en el caso socialista, es posible que José María González pueda sacar adelante alguna de sus propuestas. Aunque muchas de ellas sean un canto de sirenas. El problema viene cuando la diferencia entre el primero y el segundo es de muchos más. Este es el caso de Jerez. La ya regidora Mamen Sánchez ha demostrado que sus ansias de gobernar eran tantas que no le ha importado haber obtenido solo 7 concejales frente a los 11 del PP. En sus primeros discursos, mantenidos hasta hace solo cinco días, aseguraba que no quería para su ciudad un gobierno en minoría y que solo accedería al Ayuntamiento si Ganemos Jerez e IU entraban al gobierno con ella. Finalmente, nadie aceptó sus normas y, como donde dije digo, digo Diego, ha aceptado el bastón de mando aun sabiendo que tiene escasas posibilidades de sacar adelante alguna de sus propuestas. Esto sucede cuando uno olvida la razón por la que se presenta para regir un municipio.