En la provincia de Cádiz cuesta, duele, hablar de paro y desempleo más que en cualquier otra zona de España, casi de Europa. Sus índices son tercermundistas y condenan a un insoportable número de familias a la exclusión social desde hace demasiados años. La innegable realidad de la economía sumergida es un elemento paliativo, que distorsiona la realidad del mercado laboral de la provincia pero la tragedia colectiva permanece.
Con esta premisa básica, fundamental, también es una realidad que la problemática del paro evoluciona a mejor en toda España. Son 22 meses de caída consecutiva del desempleo. El número de parados baja casi de la simbólica barrera de los cuatro millones, el objetivo soñado de los 20 millones de personas cotizando parece por primera vez alcanzable en esta década y se encadenan, uno tras otro, los meses con bajadas históricas. En muchas zonas del país, en varias provincias de su mitad septentrional, el paro vuelve a bajar del 15% y se acerca incluso al 10%, en unas cifras que empiezan a recordar a las que existían antes del inicio de la recesión, en 2007. Sin embargo, Cádiz vive al margen de esa realidad. Aunque el descenso también es contínuo, su realidad era tan sumamente grave que el alivio no es suficiente. Los descensos encadenados del paro no sirven para que su porcentaje baje del 35% y no se espera que pueda hacerlo en todo el año, salvo milagro de la temporada turística veraniega.
Llegados a este punto, más que analizar si el paro que existe es mucho o poco, cabe exigir que alguien dé una explicación, al menos, sobre los defectos estructurales que condenan a esta provincia a tener un nivel de paro que dobla, cuando no triplica, al del resto de los territorios de España. Cuando los ciclos económicos son positivos, sucede. Cuando son malos, también. Cuando el paro crece, aquí lo hace a mayor velocidad. Cuando baja, en esta zona lo hace a paso de tortuga. Esas diferencias, esas distancias abismales, son las que hay que conocer, lo que hay que explicar y combatir al margen de las cifras que reporte cada mes.