Faltan 15 días para el 13 de junio, la fecha de la investidura del alcalde de Cádiz. Y el resultado electoral ha arrojado muchas incógnitas. Una simple división permite saber que cada jornada hay que despejar unas cuantas para llegar al segundo sábado del mes próximo, la fecha clave, con una decisión tomada, con una postura clara que conviertas las palabras y los debates en hechos concretos.
La Ejecutiva Local del PSOE se puso ayer a la tarea de aclararse cuanto antes. Está en la encrucijada. Ha conseguido el peor resultado electoral de su historia en la capital gaditana, no ha ganado en una sola mesa electoral de toda la ciudad y, sin embargo, por primera vez en 20 años tiene un papel vinculante, decisivo, fundamental y protagonista.
Como tercer grupo en número de votos y concejales (cinco a pesar del descenso de apoyos) es la tercera fuerza, la que puede desequilibrar la balanza. Con su simple apoyo puede convertir en alcalde a Teófila Martínez o a González Santos. Desequilibra la igualdad (aproximada, por 4.000 votos y dos ediles) entre Partido Popular y Por Cádiz sí se puede.
Los miembros de la dirección local se encerraron ayer a discutir qué hacer. Fran González, entre otros, llegó de la Ejecutiva Provincial de Chiclana, a lo justo, para hacer doblete a partir de las ocho. Al cierre de esta edición, solo quedaba una cosa clara: los miembros de la dirección socialista gaditana están divididos. Unos consideran inevitable, ineludible, apoyar la investidura de José María González, Kichi, para acabar con el gobierno local de Teófila Martínez. Incluso, comprometiéndose a respaldar algunas de sus propuestas programáticas, las más cercanas a los postulados socialistas.
En el otro lado, fuentes de la propia Ejecutiva Local confirmaban ayer la «creciente indignación por el autoritarismo y la soberbia» de Por Cádiz sí se puede. Aseguran estos dirigentes que «es intolerable que cada día pongan más y más condiciones sin habernos sentado siquiera a hablar. Que pongan pegas para pedirte apoyo, sin ser el partido más votado, demuestra las dificultades que tienen para entender la democracia», aseguraba uno de los decanos de la dirección local.
Con todo, a pesar de que los sapos a tragar son cada vez mayores, la Ejecutiva transcurrió bajo la sensación de que habrá apoyo final a Kichi. Especialmente porque la decisión no depende exclusivamente de Cádiz. Irene García, como responsable provincial socialista, Susana Díaz e incluso Teresa Rodríguez, se han manifestado partidarias de acuerdos que impidan las políticas del Partido Popular. Así que está claro. En Cádiz, socialistas y cercanos a Podemos están condenados a entenderse.
