El pueblo ha hablado. Como tenía que hacerlo, a través de las urnas. Y ha dejado claro que a partir de hoy mismo empieza un tiempo nuevo en la inmensa mayoría de los ayuntamientos de la provincia de Cádiz. Nada, o muy poco, será como en los cuatro últimos años. La irrupción de Podemos ha sido apabullante. Tanto como el desplome del PP. A corto plazo, se abre un paréntesis de negociaciones de pactos que esperemos no se eternicen como en la Junta de Andalucía. Y a partir de ahí... no se sabe aún.
El caso más claro y evidente es el de Cádiz capital. Después de dos décadas, Teófila Martínez ha perdido la mayoría absoluta. Ha vuelto a ganar las elecciones, pero si todo sigue su curso natural, no será alcaldesa. Por más que Podemos haya calificado al PSOE de 'casta' por activa y por pasiva, José María González 'Kichi' pactará con Fran González para alcanzar el que siempre ha dicho que era su principal objetivo: «Echar a Teófila del Ayuntamiento». Y González le abrirá las puertas porque el PSOE no se ha visto en otra para acabar con la histórica hegemonía 'popular'.
Lo normal -y no tardaremos mucho en ver despejada la duda- es que Kichi sea el alcalde de Cádiz durante los próximos cuatro años. Pero una vez conseguido su objetivo número uno, empieza la realidad del día a día, la de la gestión. El tiempo de las promesas, de los discursos grandilocuentes ha acabado. José María González deberá ahora pasar de las asambleas y los megáfonos a tomar decisiones. Ahora le toca hacer política de verdad. Gestionar. Tiene el beneficio de la duda, el aval de la ilusión. Pero Cádiz no está para experimentos. Cádiz no puede permitirse pérdidas de tiempo.