El estado de las cuentas, como el de las calles o las nuevas infraestructuras forma parte también de la gestión que ahora miran con lupa los ciudadanos para decidir si vuelven a depositar su confianza en el partido que gobierna. Durante estos años de crisis, bajo la férrea lupa del Ministerio de Hacienda, ha habido municipios hormiga y municipios chicharra. Unos han apostado por la limpieza en el presupuesto, el cumplimiento del déficit y la tranquilidad de una arcas saneadas, mientras que otros no han renunciado a los grandes proyectos que estaban pendientes y el desarrollo de sus ciudades. Como en tantas cosas y por mucho que se doctoren nuestros representantes públicos en ingeniería financiera no hay fórmulas mágicas. Y así llegamos a una semana de las municipales cuando un nuevo informe de Hacienda hace pública la situación financiera de los ayuntamientos españoles. En lo que toca a la provincia, una decena no ha llegado a cumplir ese objetivo de estabilidad planteado, es decir ese nivel de ahorro en la liquidación de las cuentas de 2013. En ese grupo hay pequeñas localidades a las que no les resultará tan difícil encarrilar los números, pero también se encuentran grandes núcleos como El Puerto, Algeciras y Jerez.
Además del requisito del ahorro, la elevadísima deuda bancaria, que no ha dejado de crecer en este último mandato, seguirá siendo una herencia, quizá más envenenada que en 2011 para los nuevos alcaldes y una pesada losa para los que permanezcan en el cargo. Los planes de pago a proveedores, la reducción de los ingresos y el coste de las obras de envergadura han precisado de nueva financiación bancaria en un momento complicado para el crédito. Ahora que llega la hora de rendir cuentas, serán los ciudadanos los que valoren si fue o no una decisión acertada.
