Las aguas siguen revueltas entre la plantilla de Navantia tras conocerse el nombramiento de José Antonio Oliva como jefe de Personal de las tres plantas de la Bahía. El exsindicalista, que era presentado ayer a los trabajadores del astillero de Cádiz, sigue en el punto de mira.
Oliva ha sido presidente del comité de empresa de San Fernando por CC OO entre 2005 y 2014 y responsable del Comité Intercentros de la compañía, máximo órgano de representación del conjunto de los trabajadores, entre mayo de 2013 y julio de 2014. La dirección de Recursos Humanos de Navantia lo ha fichado para un cargo ejecutivo ocho meses después de su dimisión como presidente del Comité Intercentros. Sus compañeros de CC OO no lo perdonan.
La secretaria provincial del sindicato, Lola Rodríguez, declaró que el nombramiento de Oliva «ha sido un jarro de agua fría que no se esperaba». No obstante, Rodríguez destacó que la central sindical seguirá «defendiendo los intereses de los trabajadores de los astilleros».
La federación del Metal de este sindicato ha emitido un comunicado interno en relación al nombramiento de Oliva como jefe de Personal de Navantia en el que califica de «agresión y traición» su ascenso.
Algunos afiliados y empleados de Navantia entienden el nombramiento de Oliva como una injerencia para acabar con el sindicalismo en la empresa, «donde la afiliación a esta central sindical es muy elevada y tiene un enorme poder».
La directora general de Recursos Humanos de Navantia, Juana María Fernández, presentó a Oliva el jueves en el astillero de San Fernando y ayer hizo lo mismo en la planta de Cádiz.
El exsindicalista -Oliva ha abandonado CC OO hace algo más de un mes- se mostró abierto al diálogo y a la negociación y tendió la mano a sus compañeros en el nuevo cargo que ahora estrena.
El nombramiento de Oliva ha generado un terremoto en el seno de CC OO, que ayer convocó una reunión ejecutiva en las instalaciones de Navantia en Madrid. Cabe recordar que Oliva fue presidente del Comité Intercentros durante la negociación y aprobación de un polémico convenio colectivo que ahora acaba de tumbar la Audiencia Nacional.
La negociación desencadenó serias discrepancias entre los representantes de Comisiones Obreras. Estas diferencias le llevaron a un enfrentamiento con sus propios compañeros de sindicato en las factorías de Fene y Ferrol.
De hecho, los sindicalistas gallegos votaron en contra del preacuerdo y de la aprobación del convenio. Pese a todo, el texto salió adelante gracias a los votos de los representantes de Cádiz, Cartagena y Madrid.
Era un convenio de mínimos en el que se renunciaba a la subida del IPC de los últimos cuatro años, se aceptaba un incremento de la jornada laboral y se daban por terminados una serie de beneficios sociales. Oliva dimitió del cargo de presidente del Comité Intercentros en julio de 2014 alegando motivos personales. Igualmente abandonó la presidencia del comité isleño.
Los representantes gallegos de CC OO que votaron en contra del convenio denunciaron ante los tribunales su aprobación al considerar que Oliva y los otros dos representantes del sindicato en la mesa de negociación habían sido desautorizados y su voto, por por tanto, no era válido.
La Audiencia Nacional acaba de respaldar la tesis de los sindicalistas gallegos y obliga ahora a Navantia a negociar un nuevo marco laboral.
Oliva será uno de los encargados de negociar el futuro convenio colectivo, pero lo hará al otro lado de la mesa, es decir, en favor de la empresa.
