Es una de las tres únicas vías de acceso al casco antiguo (junto con Campo del Sur y Cuesta de las Calesas). Aún así, la avenida de Astilleros -conocida como carretera industrial- lleva décadas pendiente de una reforma, de una modernización. Inhóspita, incómoda y peligrosa para peatones o conductores, por fin tendrá la renovación que precisa por volumen de tráfico, por ser la unión entre la parte antigua de la ciudad y el último de sus barrios: Astilleros. Además, ahora será vínculo directo con el segundo puente.
La entrada en funcionamiento del viaducto ha hecho inaplazable su reforma. Comenzará el 19 de enero, cuando salga a licitación la obra de transformación que cuenta con cinco millones de euros de presupuesto. La superficie a construir y transformar es de 6.336,6 metros cuadrados. Comenzará por el extremo más cecano a la plaza de Sevilla. En la curva que transcurre frente al Muelle Pesquero tendrá su epicentro un aparcamiento subterráneo de una sola planta (lo que simplifica la obra) con capacidad para 248 vehículos.
Los plazos de ejecución acordados y que se solicitarán a la empresa constructora son de 17 meses. Por tanto, según detalló Teófila Martínez ayer, la previsión es que la nueva carretera industrial y el parking puedan estar en uso en primavera de 2016.
La nueva vía contará con una gran rotonda que estará cercana a la actual entrada de la factoría de Navantia. La entrada al aparcamiento tendrá el acceso en el sentido de entrada a Cádiz. La salida, obvio, en el contrario. Habrá dos carriles en cada sentido de la circulación y el ancho del acerado se dobla, además de desaparecer buena parte de los pequeños muros que flanquean la vía. La alcaldesa recordó que se trata de un aparcamiento «disuasorio», pensando para que los que entren en la ciudad de Cádiz por el segundo puente puedan dejar en ese recinto el coche y continúen a pie. Algunas de las salidas peatonales estarán a menos de cien metros de la plaza de San Juan de Dios y Canalejas, por ejemplo.